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Desenmascarando la Amenaza Cibernética: Australia Acusa a Hackers Respaldados por China
En un movimiento audaz, la agencia gubernamental de ciberseguridad de Australia ha acusado directamente a un grupo de hackers respaldado por China de orquestar operaciones cibernéticas maliciosas contra redes australianas. Esta revelación llega en medio de tensiones crecientes entre ambas naciones, destacando la escalada de la guerra cibernética y la necesidad urgente de vigilancia en el ámbito digital.
En un informe conjunto liderado por el Centro Australiano de Seguridad Cibernética (ACSC), la agencia ha identificado al colectivo de hackers conocido como APT40. El grupo presuntamente robó contraseñas y nombres de usuario de dos redes australianas no especificadas en 2022. El informe, basado en inteligencia de las principales agencias de ciberseguridad a nivel mundial, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur y Alemania, pinta un cuadro inquietante de la audaz campaña cibernética.
Según el informe, APT40 opera bajo los auspicios del Ministerio de Seguridad del Estado de China, la formidable agencia encargada de operaciones de inteligencia extranjera. La evaluación de la agencia es inequívoca: "La actividad y las técnicas coinciden con los grupos rastreados como Amenaza Persistente Avanzada (APT) 40", afirma el informe, destacando las actividades nefastas del grupo.
Esta revelación sigue a las acusaciones realizadas por funcionarios estadounidenses y británicos a principios de este año, que afirmaron que Beijing orquestó una amplia campaña de ciberespionaje que atrapó a millones de personas, incluidos legisladores, académicos, periodistas y contratistas de defensa. En ese momento, el grupo APT31 fue identificado como culpable de las intrusiones en redes.
China ha negado vehementemente estas acusaciones, calificándolas de "maniobras políticas". Sin embargo, la decisión del gobierno australiano de atribuir públicamente los ciberataques a una entidad china específica subraya la gravedad de la situación y las crecientes preocupaciones sobre la guerra cibernética.
Las Amenazas Persistentes Avanzadas (APT) son un tipo notorio de actores cibernéticos, frecuentemente respaldados por estados, que se dedican a ataques cibernéticos sostenidos y sofisticados. En marzo, Nueva Zelanda reveló que APT40 había infiltrado exitosamente sus servicios parlamentarios y la oficina del consejo parlamentario en 2021, obteniendo acceso a información sensible.
El Ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, enfatizó el compromiso de la nación con la protección de su infraestructura digital, declarando: "El gobierno australiano está comprometido con la defensa de las organizaciones e individuos australianos en el dominio cibernético, por eso estamos liderando por primera vez este tipo de atribución cibernética".
La publicación del informe llega en un momento delicado en la ya tensa relación entre Australia y China. Tras el llamado de Canberra a una investigación independiente sobre los orígenes del COVID-19 en 2020, Beijing respondió imponiendo aranceles a una serie de productos básicos australianos. La mayoría de estos aranceles se han levantado desde entonces, mientras ambas naciones intentan mejorar sus lazos.
Sin embargo, las revelaciones sobre las actividades cibernéticas de APT40 proyectan una sombra oscura sobre estos esfuerzos, subrayando la compleja red de tensiones geopolíticas, guerra cibernética y la constante amenaza de hackers patrocinados por estados. A medida que el mundo enfrenta el paisaje en constante evolución de las amenazas cibernéticas, la postura audaz de Australia sirve como un llamado a aumentar la vigilancia, la cooperación internacional y un compromiso decidido para defender las fronteras digitales que sustentan la sociedad moderna.