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Starship se Eleva al Éxito: La Misión Revolucionaria del Año de SpaceX
En un rotundo triunfo, el Starship de SpaceX se elevó a los cielos en su cuarto vuelo, marcando un hito histórico en su trayectoria. La anticipación era alta en Boca Chica, Texas, mientras la compañía de vuelos espaciales se preparaba para el despegue en la mañana del jueves. Dentro de la sala de control, prevalecía un aire de confianza, alimentado por sus intentos previos de lanzar este notable cohete.
Aunque este no era el primer intento de SpaceX de lograr la separación de etapas o la fase de "crucero", la verdadera prueba residía en los momentos finales del retorno de la nave a la Tierra. Los eventos del tercer vuelo sirvieron como una experiencia de aprendizaje crucial, allanando el camino para el cuarto lanzamiento trascendental.
Durante el vuelo del Día de Pi, el 14 de marzo, el Starship logró aventurarse al espacio, pero encontró una rotación significativa que causó abrasiones no intencionadas debido al plasma abrasador. A medida que la nave caía a través de la atmósfera terrestre, la rápida rotación expuso áreas más allá del escudo térmico a temperaturas extremas, lo que finalmente llevó a su destrucción a una altitud de aproximadamente 60 kilómetros.
La primera etapa, Super Heavy, también enfrentó desafíos, con solo un reinicio parcial de los motores. En consecuencia, descendió demasiado rápido y fue destruido intencionalmente a una altitud de 450 metros para mitigar el riesgo de escombros.
Para el cuarto vuelo, los objetivos de SpaceX se centraron en lograr retornos exitosos para ambas etapas. Se implementaron modificaciones, incluyendo la expulsión del anillo de acero pesado que conectaba las etapas, con el objetivo de optimizar la distribución de masa y facilitar un descenso más suave para Super Heavy.
De manera intrigante, SpaceX dejó intencionalmente dos aberturas en el escudo térmico del Starship, posiblemente para recopilar datos sobre el flujo de plasma alrededor de la nave. También se realizaron mejoras en el adhesivo que aseguraba las baldosas de cerámica, abordando posibles vulnerabilidades identificadas en el vuelo anterior.
Cuando comenzó la cuenta regresiva, los momentos iniciales se desarrollaron sin problemas. El cohete ascendió rápidamente, con 32 de los 33 motores Raptor en la primera etapa funcionando de manera óptima. Después de un ajuste de trayectoria, las etapas se separaron sin problemas después de cuatro minutos y 15 segundos, marcando un momento crucial.
Tres minutos después, se logró una hazaña notable: Super Heavy regresó a la Tierra. Reiniciando 12 de sus motores a solo cientos de metros sobre la superficie, logró momentáneamente una velocidad cero, un triunfo significativo para SpaceX. Estallaron celebraciones jubilantes cuando uno de los principales objetivos del día se cumplió.
Durante la fase de "crucero" subsiguiente, el Starship mantuvo su trayectoria, alcanzando velocidades orbitales. Después de un período prolongado de apagón, las cámaras restablecieron el contacto a una altitud superior a 160 kilómetros, revelando la nave estabilizada y libre de la rotación que plagó a su predecesora.
A medida que avanzaba el descenso, las manifestaciones de plasma se hicieron visibles por debajo de los 100 kilómetros. El Starship redujo su velocidad dentro de las capas atmosféricas más densas, alcanzando temperaturas máximas a 75 kilómetros sobre la superficie. Una de sus aletas, aunque parcialmente quemada a una altitud superior a 50 kilómetros, perseveró en guiar a la nave a través de una turbulenta reentrada.
En un acto final y triunfante, el Starship reinició sus motores, reorientándose y desacelerando. SpaceX y Elon Musk lograron su segundo objetivo monumental, allanando el camino para el próximo vuelo con un optimismo desbordante.