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Las nuevas autoridades sirias enfrentan a las milicias pro-Assad en medio de tensiones sectarias

Las nuevas autoridades sirias enfrentan a las milicias pro-Assad en medio de tensiones sectarias
Jueves 26 Diciembre 2024 - 15:05
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Las nuevas autoridades de Siria, encabezadas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), lanzaron el jueves una importante operación contra las milicias pro-Assad en la provincia occidental de Tartus. La operación resultó en la muerte de tres hombres armados vinculados al antiguo régimen. Esta acción se produce tras la caída del presidente Bashar al-Assad, quien huyó de Siria después de que una ofensiva islamista llevara a la pérdida de importantes ciudades, culminando con la caída de Damasco el 8 de diciembre. Su salida marcó el fin de más de cinco décadas de gobierno familiar y el final de más de 13 años de guerra civil.

HTS, que surgió de la facción siria de Al-Qaeda, enfrenta ahora la compleja tarea de estabilizar un país profundamente fragmentado y multiétnico. A pesar de sus orígenes en el yihadismo sunita, HTS ha moderado su postura y ha prometido proteger a las minorías, incluidos los alauitas, la secta de la que proviene Assad.

La guerra civil en curso, que comenzó con la brutal represión de Assad a las protestas pro-democracia, ha dejado un saldo de más de 500,000 muertos y más de 100,000 personas desaparecidas. Las nuevas autoridades se han comprometido a hacer justicia por las víctimas de los abusos cometidos bajo el régimen de Assad, que incluyó torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.

La reciente operación en Tartus, según los medios estatales, fue una respuesta a la actividad de las milicias en la región. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que la ofensiva mató a tres hombres armados pro-Assad. Esto ocurre solo un día después de violentos enfrentamientos en la misma zona, en los que murieron 14 nuevos agentes de seguridad y tres hombres armados. La violencia estalló durante un intento de arresto de Mohammed Kanjo Hassan, un alto funcionario del régimen de Assad que supervisaba los tribunales militares en la prisión de Saydnaya, donde miles de prisioneros fueron ejecutados o desaparecidos.

La prisión de Saydnaya se hizo famosa por su papel en la represión de la oposición al régimen de Assad, con detenidos que sufrían torturas y muerte. Tras la caída de Assad, muchos familiares de personas desaparecidas, especialmente en Damasco, colgaron carteles con los rostros de sus seres queridos, con la esperanza de conocer su destino. La comunidad internacional ha pedido justicia y responsabilidad por estos crímenes.

Sin embargo, a medida que las nuevas autoridades asumen el control, persisten los temores de violencia sectaria. Algunos miembros de la comunidad alauita temen enfrentarse a represalias de grupos que buscan vengar las atrocidades cometidas bajo el régimen de Assad. Estos temores se han intensificado por las recientes protestas, incluida una en Qardaha, la ciudad natal de Assad, tras la difusión de un video que mostraba un ataque a un santuario alauita. En la ciudad de Homs, las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, lo que resultó en un muerto y cinco heridos.

Las autoridades transitorias de HTS han declarado que el ataque al santuario ocurrió durante la liberación de Alepo a principios de este mes y fue llevado a cabo por grupos desconocidos. Condenaron la republicación del video, advirtiendo que podría incitar más divisiones entre la población.

Las protestas estallaron en varias ciudades, con manifestantes coreando consignas pidiendo paz entre alauitas y sunitas. En Jableh, una ciudad costera cerca de Tartus, multitudes salieron a las calles exigiendo responsabilidad por el ataque al santuario. Manifestantes como Ali Daoud pidieron justicia, mientras que otros expresaron su preocupación de que las crecientes tensiones pudieran llevar a una situación explosiva. Ghidak Mayya, un manifestante en Latakia, expresó su temor de que una presión excesiva sobre la comunidad alauita pudiera desencadenar más violencia.

La comunidad alauita, que cuenta con aproximadamente 1.7 millones de miembros, es decir, el nueve por ciento de la población siria, sigue siendo el centro de estas tensiones. Históricamente muy vinculados al régimen de Assad, los alauitas ahora enfrentan un futuro incierto, atrapados entre la necesidad de protección y el riesgo de represalias colectivas, particularmente por parte de facciones islamistas que los consideran herejes.

Mientras Siria atraviesa este delicado período de transición, las acciones de las nuevas autoridades y su capacidad para mantener la paz y la justicia serán cruciales para evitar un mayor conflicto sectario y garantizar la estabilidad a largo plazo del país.

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