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Nuevo oleoducto de agua fortalece la soberanía hídrica de Marruecos
El Grupo OCP puso en marcha el 14 de julio el oleoducto Jorf Lasfar–Khouribga (J2K), una infraestructura de gran envergadura que transporta agua de mar desalinizada a lo largo de 203 km desde la costa atlántica hasta el centro de Marruecos. Impulsado por OCP Green Water, este proyecto abastece ahora a la mayor mina de fosfatos del mundo en Khouribga y, en una segunda fase, garantizará el suministro de agua potable a la ciudad.
“El agua del mar de nuestro país ha llegado al centro del Reino”, se congratuló Hanane Mourchid, directora de desarrollo sostenible e innovación de OCP. El acueducto se construyó en solo 24 meses desde mediados de 2023, reflejando tanto la urgencia del estrés hídrico como la capacidad de ejecución de OCP.
Con una capacidad anual de 80 millones de m³, el oleoducto J2K conecta la planta desalinizadora de Jorf Lasfar—alimentada por cogeneración—con Khouribga. Cuenta con estación de bombeo, depósito de almacenamiento de 25.000 m³, ocho estaciones de control de presión, sistemas de detección de fugas y protección catódica. Por primera vez en Marruecos se realizaron pruebas hidráulicas de “pigging” para mejorar su seguridad y rendimiento.
Esta infraestructura asegura la autonomía hídrica del complejo fosfatero y, en la siguiente fase, respaldará el abastecimiento municipal. Una alianza entre UM6P e INNOVX explora el uso agrícola de estas aguas no convencionales para cultivos de alto valor añadido.
Construido por SGTM/STAM con una inversión de 5.000 millones de dírhams—en el marco de un programa total de 40.000 millones—el financiamiento provino de actores nacionales e internacionales, como IFC, KfW, AFD, OCP y la CDG. Solo IFC aportó 1.000 millones de dírhams. La obra generó 1 millón de jornadas laborales—1.300 puestos de trabajo diarios con un 86 % de mano de obra local—y creó cerca de 100 empleos permanentes.
El enfoque circular del proyecto integra desalación, tratamiento y reutilización de aguas residuales para aliviar la presión sobre recursos naturales. El agua desalinizada abastece tanto a sectores industriales como a comunidades locales, promoviendo un valor compartido.
OCP apunta a un coste de producción de 5 DH/m³, alineado con los puntos de referencia internacionales del Medio Oriente, aunque los costes actuales siguen siendo un 20 % superiores. La optimización energética, la innovación en ingeniería y la racionalización de costes operativos permitirán una reducción progresiva. Las próximas plantas, con capacidad de 150 millones m³, serán aún más competitivas gracias a esta experiencia acumulada.
El oleoducto J2K es la primera etapa de una red más extensa. En 2026, la tubería Safi–Gantour (S2G) conectará la futura estación desalinizadora de Safi con las zonas industriales de Mzinda, Benguerir y Louta, además de suministrar a Benguerir. Paralelamente, Marrakech y Youssoufia serán conectadas también a Safi mediante otra conducción en construcción por SRM Marrakech‑Safi.