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Musk extiende el plazo para que empleados federales justifiquen sus trabajos
Elon Musk ha otorgado a los empleados federales de EE.UU. una oportunidad adicional para justificar sus funciones, después de que el plazo inicial venciera el martes, generando incertidumbre sobre la seguridad laboral de muchos trabajadores gubernamentales. A pesar de su directriz, varias agencias federales indicaron a sus empleados que ignoraran su solicitud, al menos temporalmente.
Como la persona más rica del mundo y un importante aliado del expresidente Donald Trump, Musk había dado inicialmente a los empleados federales hasta el final del lunes para presentar un informe sobre sus logros laborales por correo electrónico. Esta medida forma parte de la estrategia del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para reducir la plantilla y los gastos del gobierno federal.
"Por discreción del Presidente, se les dará otra oportunidad", afirmó Musk en X, la plataforma que posee. "No responder por segunda vez resultará en despido", agregó, sin especificar una nueva fecha límite.
La orden generó confusión en varias agencias, algunas de las cuales, dirigidas por aliados de Trump, aconsejaron a sus empleados que ignoraran el correo. Musk criticó la falta de respuestas, calificando la solicitud de "trivial" y atribuyendo la falta de cumplimiento a la influencia de los gerentes.
Más de dos millones de empleados federales recibieron un correo electrónico el sábado de la Oficina de Gestión de Personal (OPM), pidiéndoles que enviaran un breve informe sobre sus logros laborales. Musk ya había advertido que no responder sería considerado como una renuncia.
Trump respaldó el enfoque de Musk, calificándolo de "ingenioso" para determinar si los empleados realmente estaban trabajando. Sugirió que los que no respondieran podrían considerarse ausentes o inactivos.
Musk reforzó esta idea en X, afirmando: "Esta fue una prueba sencilla para ver si los empleados respondían. Muchos pronto enfrentarán un choque con la realidad".
Confusión y oposición
Varias agencias gubernamentales, incluido el Departamento de Defensa, pidieron a los empleados que se abstuvieran de responder al correo de Musk. También surgieron preocupaciones de ciberseguridad, con el Departamento de Salud y Servicios Humanos advirtiendo a su personal que actores extranjeros podrían acceder a sus respuestas.
Mientras que algunas agencias desestimaron la directiva, otras, como el Departamento del Tesoro, la cumplieron, argumentando que la solicitud de Musk tenía como objetivo aumentar la rendición de cuentas en el sector público, alineando sus prácticas con las del sector privado.
Ante la creciente incertidumbre, un funcionario de la administración, bajo anonimato, aconsejó a los empleados que siguieran las instrucciones de sus respectivas agencias.
Desafíos legales y políticos
Los sindicatos rechazaron rápidamente la orden de Musk, y la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE) prometió impugnar cualquier despido ilegal. Las encuestas indican un amplio rechazo público a las interrupciones en el empleo federal.
Incluso dentro del Partido Republicano de Trump han surgido críticas. El senador John Curtis de Utah instó a Musk a mostrar más compasión, subrayando que los empleados federales tienen familias y responsabilidades financieras.
Los desafíos legales contra las órdenes de Musk han producido resultados mixtos. El lunes, un juez federal dictaminó que el Departamento de Educación y la OPM no podían compartir información confidencial con el DOGE, complicando aún más los esfuerzos de Musk para reestructurar la fuerza laboral federal.
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