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 El presidente de Colombia Petro enfrenta una renuncia en medio de un escándalo y tensiones políticas

 El presidente de Colombia Petro enfrenta una renuncia en medio de un escándalo y tensiones políticas
Jueves 05 Diciembre 2024 - 08:37
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En el último desarrollo de la agitada política de Colombia, el Ministro de Hacienda Ricardo Bonilla renunció a su cargo en medio de un creciente escándalo de corrupción que ha sacudido la administración del presidente Gustavo Petro. La renuncia de Bonilla se produjo tras las acusaciones de desviar fondos de la agencia de ayuda en casos de desastre del país y de comprar votos en un comité del Congreso relacionado con las finanzas gubernamentales.

A pesar de las intensas acusaciones, Bonilla se mantiene desafiante. En un comunicado publicado en las redes sociales, negó cualquier delito, insistiendo en que probará su inocencia ante los investigadores. “Me voy con la cabeza en alto, confiado en que convenceré a mis investigadores de que no compré silencio ni votos a los congresistas”, dijo Bonilla. Aseguró que su defensa legal se basa en la transparencia y la verdad.

El presidente Petro, quien ha enfrentado una serie de controversias y desafíos políticos desde que asumió el cargo en 2022, respaldó a Bonilla, incluso cuando aceptó su renuncia. Petro declaró públicamente que las acusaciones contra Bonilla eran injustas, calificándolo como un “verdadero economista, comprometido con las necesidades de su pueblo”. Sin embargo, Petro también reconoció el persistente problema de la corrupción en Colombia, subrayando que la política y la ley en el país seguían siendo socavadas por prácticas corruptas.

Petro no perdió tiempo en nombrar al reemplazo de Bonilla, designando el miércoles por la tarde a Diego Guevara, el viceministro de Hacienda, para el cargo. La renuncia de Bonilla marca la segunda vez en poco más de un año que un ministro de Hacienda deja el gabinete de Petro. Bonilla asumió el cargo en 2023, tras una reorganización del gabinete que provocó la salida de José Antonio Ocampo.

El escándalo que llevó a la salida de Bonilla surgió a principios de este año, cuando la Fiscalía General de Colombia abrió una investigación sobre contratos sospechosos adjudicados a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). La investigación se centró en contratos por un valor de 10,5 millones de dólares para camiones cisterna destinados a La Guajira, una provincia que enfrenta graves problemas de agua potable. Los camiones supuestamente eran defectuosos, y el exdirector de la UNGRD fue acusado de tráfico de influencias. A medida que avanzaba la investigación, Bonilla también fue implicado.

La Corte Suprema de Colombia ha señalado que la investigación se centra en posibles delitos relacionados con sobornos y enriquecimiento ilícito. Una figura clave en la investigación es Sneyder Pinilla, el exsubdirector de la UNGRD, quien está siendo investigado pero ha accedido a colaborar con las autoridades. Los abogados de Pinilla afirman que ha proporcionado pruebas de una “estructura criminal” que vincula a la UNGRD con altos funcionarios federales, incluidos Bonilla.

A pesar de los crecientes señalamientos de corrupción, Petro ha seguido negando las acusaciones de irregularidades dentro de su gobierno. En una declaración hecha en octubre, luego de que se anunciara que las autoridades electorales estaban investigando posibles violaciones de financiamiento en su campaña presidencial, Petro enmarcó la investigación como un ataque a su gobierno. “Ha comenzado el golpe de Estado”, declaró en las redes sociales, sugiriendo que las investigaciones eran políticamente motivadas.

La situación se complicó aún más con las acusaciones contra el hijo de Petro, Nicolás Petro, quien fue puesto bajo arresto domiciliario en 2023 por supuestamente aceptar dinero de individuos vinculados con el narcotráfico. Nicolás ha negado que su padre tuviera conocimiento de este esquema.

A raíz de estos desarrollos, Petro emitió otro comunicado el miércoles, abordando la renuncia de Bonilla y el contexto político más amplio. El presidente afirmó que algunas personas intentan utilizar el escándalo de Bonilla para socavar las políticas económicas de su gobierno. También desmintió las acusaciones de que Bonilla había implicado a su hijo y a su exgerente de campaña en actos de corrupción, calificando las acusaciones de fabricadas por una fuente anónima.

La turbulencia política que rodea a la presidencia de Petro refleja la creciente división dentro del panorama político de Colombia. A medida que las investigaciones continúan sobre la corrupción y otros delitos, la presión sobre Petro y su gobierno probablemente aumentará en los próximos meses.

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