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Las afirmaciones de Trump sobre el crimen descontrolado contradicen los datos nacionales

Las afirmaciones de Trump sobre el crimen descontrolado contradicen los datos nacionales
Miércoles 02 - 17:55
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Donald Trump ha convertido el crimen en un tema central de su campaña, pintando un cuadro sombrío de la creciente violencia en Estados Unidos. Sin embargo, un examen más detallado de las estadísticas nacionales de criminalidad revela una narrativa diferente.

En un reciente evento de campaña cerca de Detroit, el expresidente presentó un panorama sombrío, afirmando: "No puedes cruzar la calle sin enfrentarte a la amenaza de violencia". Sin embargo, los datos de diversas fuentes, incluidas agencias locales, estatales y federales, ofrecen una imagen contrastante.

Las tasas de criminalidad, particularmente los delitos violentos, han estado en una tendencia a la baja en ciudades y pueblos de todo el país. Detroit, a menudo clasificada como una de las ciudades más afectadas por el crimen en Estados Unidos, ha experimentado una caída significativa en los homicidios, tiroteos y otros delitos violentos en los últimos años. La tasa de homicidios de la ciudad en 2023 fue la más baja desde 1966, un marcado contraste con la narrativa que presenta Trump.

La disminución del crimen no se limita a Detroit; es una tendencia nacional. La ciudad de Nueva York, por ejemplo, vio una disminución significativa en los homicidios, pasando de 2,605 en 1990 a 386 el año pasado. Las estadísticas del FBI respaldan aún más esta tendencia, mostrando una disminución en los delitos violentos en Estados Unidos durante los últimos dos años.

A pesar de estos hechos, las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses creen que el crimen está en aumento. Los criminólogos atribuyen esta percepción errónea a las noticias locales y las redes sociales, que a menudo se centran en incidentes individuales, creando una visión distorsionada del panorama general del crimen.

Trump y sus aliados han contribuido a esta percepción errónea al presentar selectivamente estadísticas y cuestionar los datos sobre el crimen del FBI. Durante un debate presidencial, Trump afirmó que los datos del FBI eran fraudulentos, excluyendo las ciudades con altas tasas de criminalidad. Sin embargo, las cifras anuales del FBI cubrían el 94% de la población de EE. UU., incluidas todas las ciudades con más de un millón de residentes.

La compleja e inexacta ciencia de medir el crimen también ha sido explotada por quienes buscan generar dudas sobre los datos. Los cambios en la forma en que el FBI recopila datos de criminalidad de las ciudades durante la administración Trump llevaron a omisiones temporales de datos, pero estos problemas se resolvieron para 2022.

Además, las afirmaciones de que los "fiscales progresistas" son responsables de la disminución de las tasas de criminalidad no tienen fundamento. Los datos del crimen del FBI se basan en delitos denunciados, independientemente de si son procesados o no.

Si bien las tasas de criminalidad han disminuido, es importante reconocer que Estados Unidos todavía experimenta niveles más altos de violencia armada en comparación con otras naciones industrializadas. Para las familias afectadas por esta violencia, las estadísticas ofrecen poco consuelo.

La trágica muerte de Jordan Thornhill en Detroit sirve como un recordatorio del costo humano de la violencia armada. Sus padres, Venecca y Andre Thornhill, expresan su dolor y la falta de sentido en la muerte de su hijo. A pesar de la disminución general del crimen, su dolor sigue siendo profundo.

El jefe de policía James White de Detroit reconoce el progreso de la ciudad en la reducción del crimen, pero enfatiza la necesidad de esfuerzos continuos. "Hemos avanzado, pero aún nos queda un largo camino por recorrer", dijo. "La violencia armada sigue siendo un desafío significativo, y debemos trabajar juntos para abordarlo".

A medida que continúa el debate sobre el crimen, es crucial basarse en datos precisos y completos para informar las decisiones políticas. Los hechos muestran que el crimen está disminuyendo, pero el trabajo para garantizar la seguridad pública y abordar las causas profundas de la violencia debe persistir.


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