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Revelando el Potencial Desaprovechado de Marruecos: El Caso de la Libertad Condicional

Revelando el Potencial Desaprovechado de Marruecos: El Caso de la Libertad Condicional
Miércoles 05 Junio 2024 - 15:20
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En una nación que lucha con el desafiante problema del hacinamiento carcelario, el concepto de libertad condicional, un mecanismo ampliamente reconocido como un medio efectivo para reducir las poblaciones reclusas y facilitar la reinserción de los internos, aún no ha encontrado su lugar legítimo dentro del panorama judicial de Marruecos. A pesar de su larga existencia en el marco legal de la nación, la implementación de la libertad condicional sigue siendo un mero pensamiento secundario, eclipsado por una cultura predominante de conservadurismo y rigidez. A medida que la nación busca abordar el apremiante problema del hacinamiento carcelario, ha llegado el momento de arrojar luz sobre esta herramienta subutilizada y explorar su potencial transformador.

Recientemente, El Hassan Daki, presidente de la fiscalía pública, pronunció un apasionado llamado durante un simposio organizado por el Ministerio de Justicia, instando a un recurso más frecuente a la libertad condicional. El llamado de Daki a la acción reflejó la apremiante necesidad de aliviar la carga en las abarrotadas cárceles de Marruecos, cuya población superó las asombrosas 103.000 personas para finales de 2023. Sin embargo, a pesar de la larga existencia de la libertad condicional en el marco legal de la nación, consagrada en los artículos 622 a 632 del Código de Procedimiento Penal, solo 408 reclusos recibieron respuestas positivas en 2023, reflejando una magra tasa de aceptación del 5.8% - un marcado contraste con naciones como Canadá y Francia, donde la libertad condicional se otorga a un promedio de 18.000 y 8.000 reclusos anualmente, respectivamente.

El proceso de "libertad condicional", tal como lo describe la ley, otorga a las personas encarceladas el derecho a solicitar la libertad condicional después de cumplir la mitad de su condena, siempre que demuestren buena conducta, participen en programas de rehabilitación y reinserción, y tengan medios de subsistencia o perspectivas de empleo. Tener una familia se considera una ventaja adicional. Sin embargo, la ley excluye a personas condenadas por delitos graves, como homicidio, violación, agresión sexual contra menores o tráfico de drogas a gran escala, de la elegibilidad para la libertad condicional.

La solicitud de libertad condicional se inicia una vez que la sentencia se vuelve definitiva, ya sea por parte del propio recluso o de su abogado, acompañada de un informe del director del centro correccional que alberga al solicitante. La solicitud se envía luego a la Dirección de Asuntos Penales y Gracias bajo el Ministerio de Justicia, donde una comisión dedicada puede ordenar una investigación ambiental para obtener más información sobre las circunstancias del solicitante y su vida potencial después de la liberación.

Si un beneficiario de la libertad condicional no cumple con sus compromisos, enfrenta la reincarceración para cumplir el resto de su condena inicial, con el juez de ejecución supervisando todo el proceso.

Omar Mahmoud Bendjelloun, abogado admitido en los colegios de Rabat y Marsella y ferviente defensor de este mecanismo de sentencia, explica: "La ley es clara respecto a los criterios que deben cumplir los solicitantes para obtener la libertad condicional. Por ejemplo, pueden estar sujetos a supervisión judicial, lo que requiere controles semanales o mensuales". Él cree que la libertad condicional debería beneficiar principalmente a categorías específicas de reclusos, como personas mayores, aquellos que sufren enfermedades crónicas o quienes buscan oportunidades educativas.

Sin embargo, el camino hacia la aceptación de la libertad condicional está lleno de desafíos, ya que el sistema judicial marroquí exhibe un conservadurismo arraigado y una confianza inquebrantable en la prisión como forma principal de castigo. Hatim Beggar, abogado que ejerce en el colegio de Kenitra, lamenta: "Nuestro sistema judicial es conservador y aún se centra en gran medida en el castigo, siendo la prisión la sentencia predeterminada". Los jueces, a veces, pueden tener preocupaciones sobre emitir veredictos indulgentes sin sentencias de custodia, temiendo posibles repercusiones.

"Es necesario un cambio de mentalidad entre todas las partes interesadas, especialmente al adentrarnos en discusiones sobre sentencias alternativas", argumenta Beggar. "Además, debemos concienciar a los reclusos, ya que algunos desconocen la existencia de los procedimientos de libertad condicional. Idealmente, los casos que cumplan todas las condiciones requeridas deberían procesarse automáticamente, sin necesidad de una solicitud".

Abdellatif Ouahbi, Ministro de Justicia y abogado de profesión, afirmó recientemente ante el Parlamento que "la detención no es una solución sino un problema". Con su inclinación por afirmaciones audaces, aseguró que "si dependiera de él", abogaría por 20.000 liberaciones condicionales anualmente.

Mientras la nación lucha con el creciente problema de la detención preventiva, las cárceles de Marruecos, que comprenden más de 70 instalaciones en diversas categorías, siguen estando críticamente superpobladas. En un desarrollo reciente, la Delegación General de Administración Penitenciaria y Reinserción (DGAPR) ha obtenido acceso a 11 hectáreas de bosque cerca de Essaouira para construir una nueva instalación correccional. El debate queda planteado: ¿Debe Marruecos seguir abriendo más cárceles o debe abrazar el potencial transformador de la libertad condicional?


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