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Portugal sigue combatiendo incendios forestales devastadores
A pesar de una bajada de temperaturas que trajo cierto respiro, Portugal seguía combatiendo el viernes incendios forestales de gran magnitud, incluido uno en la región central de Arganil que moviliza a casi 1.600 bomberos apoyados por medios aéreos, según informó la protección civil.
“Podría tratarse probablemente del mayor incendio registrado en Portugal”, afirmó Paulo Fernandes, profesor del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de Trás-os-Montes, quien estimó en unos 60.000 hectáreas la superficie arrasada hasta el momento.
Desde finales de julio, los incendios han dejado tres muertos y varios heridos graves, en su mayoría entre los bomberos. Viviendas y explotaciones agrícolas también han sido destruidas, lo que llevó al gobierno a solicitar ayuda a la Unión Europea. Ya han llegado refuerzos con aviones de Suecia y Grecia, además de un helicóptero Super Puma procedente de Francia.
El primer ministro, Luis Montenegro, criticado por su gestión de la catástrofe, defendió la actuación del ejecutivo: “Solo quienes no conocen el país pueden pensar que es posible estar en todas partes y anticipar cada incendio”. Tras un consejo de ministros extraordinario, el gobierno anunció medidas de emergencia, como ayudas de hasta 250.000 euros para la reconstrucción de viviendas principales destruidas y apoyos específicos para los agricultores.
De acuerdo con el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), cerca de 276.000 hectáreas han ardido en Portugal desde principios de año. El recuerdo sigue vivo de 2017, cuando más de 563.000 hectáreas fueron devastadas y 119 personas perdieron la vida. Los expertos advierten que el cambio climático, con sus olas de calor y sequías prolongadas, hace cada vez más vulnerable a la península ibérica frente a incendios de magnitudes catastróficas.