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Marruecos conmemora a Hassan II, 26 años después de su fallecimiento
Veintiséis años después de su fallecimiento, el 23 de julio de 1999, la figura del difunto Rey Hassan II sigue profundamente presente en la memoria colectiva de Marruecos. Más que un soberano, fue un estratega, un constructor de la nación y una figura dominante que marcó la identidad moderna del Reino.
Nacido en 1929, Hassan II accedió al trono en 1961 tras la muerte de su padre, el Rey Mohammed V. Su reinado, que se extendió durante 38 años, estuvo lleno de desafíos: intentos de golpe de Estado, reformas constitucionales, tensiones sociales y la recuperación del Sáhara en 1975. A pesar de las turbulencias, logró consolidar el Estado y afirmar la presencia internacional de Marruecos.
Conocido por su intelecto refinado y habilidad política, Hassan II fue considerado un “hombre del equilibrio”. Su estilo de liderazgo combinaba autoridad monárquica con agilidad diplomática, ganándose una posición singular en el mundo árabe y africano. Amante del derecho y la filosofía, sus discursos, en árabe y francés, reflejaban una profunda elocuencia y vocación pedagógica.
Aunque su gobierno fue centralizado, mantuvo un vínculo especial con el pueblo, especialmente en momentos clave como la Marcha Verde o la construcción de infraestructuras estratégicas como la presa Al Massira. Estos episodios siguen siendo emblemas de unidad nacional.
Cada 23 de julio, los marroquíes rinden homenaje mediante ceremonias oficiales, oraciones, reportajes televisivos y visitas a su mausoleo en Rabat, lugar de recogimiento para ciudadanos y visitantes extranjeros.
Su Majested El Rey Mohammed VI, su hijo y sucesor, recuerda a menudo la memoria de su padre, subrayando la continuidad entre sus visiones, mientras moderniza el ejercicio del poder. La influencia de Hassan II sigue presente en las grandes orientaciones del país, especialmente en la cuestión del Sáhara y la política exterior.
A pesar de los debates que genera su legado—alabado por algunos como una época de grandeza y criticado por otros por la represión política—Hassan II sigue siendo una figura fundamental en la historia de Marruecos. En pleno proceso de transformación bajo el liderazgo Su Majested del Rey Mohammed VI, su legado persiste como guía histórica y símbolo de identidad nacional.