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Kenia se enfrenta a saqueos y disturbios en medio de protestas antigubernamentales
En un giro preocupante de los acontecimientos, la policía de Kenia ha arrestado al menos a 270 individuos acusados de participar en saqueos y actividades criminales bajo el pretexto de las protestas antigubernamentales en curso. Las manifestaciones, inicialmente desencadenadas por un controvertido proyecto de ley financiera que impuso una serie de nuevos impuestos, han tomado un rumbo violento, con informes de saqueos generalizados, daños a la propiedad y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Según la Dirección de Investigaciones Criminales (DCI), los arrestos se llevaron a cabo en todo el país, con 204 sospechosos detenidos en la capital, Nairobi, y otros 68 en diversas regiones. La declaración de la DCI, publicada en la plataforma de redes sociales X (anteriormente Twitter), indicó que "las fuerzas de seguridad en todo el país identificaron a sospechosos que se dedicaban a actividades criminales bajo el pretexto de protestar y los llevaron bajo custodia".
La declaración también reveló que la DCI ha desplegado investigadores meticulosos para perseguir a los sospechosos capturados en cámaras de CCTV y grabaciones de teléfonos móviles, quienes participaron en actos violentos de robo, hurto y destrucción de propiedades de ciudadanos inocentes.
Iniciadas por jóvenes kenianos y lideradas por la activista de la Generación Z Hanifa Adan, las protestas comenzaron pacíficamente pero rápidamente se tornaron violentas. Los manifestantes lanzaron piedras a la policía, que respondió con gases lacrimógenos en la capital, Nairobi. Se reportaron incidentes de saqueo y daños a la propiedad en diversas ciudades, lo que provocó preocupaciones entre los propios manifestantes sobre la infiltración de "matones".
Adan reconoció esta infiltración en una publicación en X, declarando: "Los matones se han infiltrado".
Iniciadas el mes pasado en respuesta al impopular proyecto de ley financiera, las protestas se expandieron hacia una campaña más amplia contra la administración del presidente William Ruto, con los manifestantes exigiendo ahora su renuncia bajo la etiqueta "RutoDebeIrse". A pesar de que Ruto abandonó el proyecto de ley, las protestas continúan reflejando un descontento generalizado por el manejo de la crisis del costo de vida por parte del gobierno.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR) condenó el uso de fuerza excesiva contra los manifestantes, reportando 39 muertes y 361 heridos durante dos semanas de manifestaciones, con la violencia más grave ocurriendo el pasado martes en Nairobi.
En respuesta a los disturbios, el Ministro del Interior, Kithure Kindiki, denunció lo que llamó una "orgía de violencia", prometiendo acciones del gobierno contra quienes causen "caos anárquico y saqueos crueles". Él enfatizó: "Este reinado de terror y la impunidad deben terminar".
El presidente Ruto, negando responsabilidad por la violencia en una reciente entrevista televisiva, llamó al diálogo con la juventud sobre sus quejas. Sin embargo, los llamados al diálogo no han calmado las protestas, con más manifestaciones planeadas.
A medida que la situación evoluciona, crecen las preocupaciones por la escalada de violencia y el potencial de más disturbios. La respuesta del gobierno y su capacidad para abordar el descontento público serán observadas de cerca mientras Kenia enfrenta una crisis que desafía su estabilidad en la región.