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Incursiones de drones escalan en bases de la OTAN europeas
La reciente intercepción de un dron no identificado por cazas F-35 holandeses resalta un preocupante aumento en la actividad aérea no autorizada que apunta a sitios militares en toda Europa. Estas violaciones repetidas han provocado respuestas armadas y suspensiones de vuelos, incrementando las preocupaciones entre los miembros de la OTAN sobre posibles espionajes o amenazas híbridas.
Incidentes recientes en Países Bajos
Las defensas aéreas holandesas han enfrentado múltiples desafíos en instalaciones clave. Las fuerzas dispararon contra drones sobre la base aérea de Volkel los días 17 y 18 de noviembre, aunque los objetos eludieron la captura. Posteriormente, avistamientos cerca del aeropuerto de Eindhoven el 22 de noviembre detuvieron las operaciones por más de tres horas, interrumpiendo la aviación civil sin daños reportados.
Disrupciones más amplias en la OTAN
Bélgica reportó actividad de drones sobre la base aérea de Kleine Brogel presuntamente almacena armas nucleares estadounidenses entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, lo que su ministro de Defensa comparó con un esfuerzo de espionaje. En Francia, las tropas se enfrentaron a drones no identificados sobre una base de submarinos nucleares en Bretaña el 4 de diciembre, reflejando un patrón que tensiona los protocolos de seguridad regionales.
Cambios en los deberes de alerta y preocupaciones
Países Bajos y Bélgica comparten la protección del espacio aéreo de Benelux mediante la Alerta de Reacción Rápida de la OTAN, con F-35 holandeses actualmente en espera para despegues rápidos. Los funcionarios temen que estas incursiones señalen guerra híbrida, un eco de la primera ministra danesa que apunta a Rusia como principal sospechosa, una afirmación que Moscú descarta como fabricada.