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El Departamento de Estado inicia despidos masivos en medio de una reestructuración
El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha comenzado a despedir a más de 1.300 empleados como parte de un ambicioso plan de reestructuración diseñado para optimizar la agencia. Según un memorando interno obtenido por CNN, los despidos incluyen a 1.107 empleados del servicio civil y 246 oficiales del servicio exterior. Los empleados recibieron notificaciones por correo electrónico el viernes, marcando una reestructuración significativa bajo el impulso de la administración Trump para reducir el tamaño del gobierno federal.
Reestructuración y reducción de personal
Los despidos forman parte de un plan de reorganización anunciado en abril por el secretario de Estado Marco Rubio. El objetivo es eliminar redundancias, consolidar operaciones y priorizar funciones alineadas con los objetivos políticos de la administración. En total, casi 3.000 empleados dejarán sus puestos, incluyendo separaciones forzosas y salidas voluntarias.
Los cambios han llevado al cierre o reestructuración de cientos de oficinas y departamentos. Mientras que los empleados del servicio civil estarán en licencia administrativa durante 60 días antes de que sus despidos entren en vigor, los oficiales del servicio exterior recibirán un período de notificación de 120 días.
La reorganización enfatiza la alineación de las operaciones del departamento con las prioridades de la administración, como la reducción de la inmigración y un alejamiento de enfoques tradicionales como la defensa de los derechos humanos a nivel global. No obstante, los críticos argumentan que estos recortes debilitarán significativamente las capacidades diplomáticas de Estados Unidos, especialmente en medio de desafíos actuales como las guerras en Ucrania y Medio Oriente.
Moral y críticas
Los despidos han generado preocupación e incertidumbre generalizadas entre la fuerza laboral del Departamento de Estado. Muchos empleados, que han dedicado décadas al servicio diplomático, ahora enfrentan un abrupto final de sus carreras. Thomas Yazdgerdi, presidente de la Asociación Americana del Servicio Exterior, advirtió que los recortes llegan en un momento crítico para la diplomacia global, señalando problemas urgentes en Ucrania, Gaza e Irán.
Yazdgerdi comparó el servicio exterior con el ejército, destacando su estructura única y sistema de personal. Criticó la reorganización por no considerar la naturaleza especializada de los oficiales del servicio exterior, que a menudo poseen una formación extensa y habilidades multilingües.
“Hay desafíos globales que exigen una diplomacia experta,” dijo Yazdgerdi. “Esta decisión no solo impactará la moral, sino también el reclutamiento y la retención a largo plazo.”
Defensa de la reorganización
Los funcionarios de la administración Trump han defendido la reestructuración como una medida necesaria para mejorar la eficiencia y alinear el departamento con la visión del presidente. El secretario Rubio describió el proceso como deliberado, enfatizando la eliminación de funciones no esenciales y roles duplicados. Un alto funcionario señaló que la reorganización se centró en las funciones desempeñadas en lugar de en los empleados individuales, asegurando que solo se eliminaron los puestos considerados desalineados con los objetivos futuros.
Si bien los críticos sostienen que los recortes podrían debilitar el liderazgo de EE. UU. en el extranjero, los funcionarios mantienen que las oficinas diplomáticas en el extranjero permanecerán intactas por ahora. El impacto fiscal de la reorganización aún no está claro, pero se espera que los ajustes presupuestarios para el próximo año reflejen ahorros sustanciales.
Los recortes se producen en medio de debates más amplios sobre el enfoque de la administración hacia la política exterior, que prioriza preocupaciones nacionales y realinea recursos lejos de prioridades diplomáticas tradicionales.