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Crisis humanitaria empeora en Tinduf, alerta la ONU
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su profunda preocupación por la creciente crisis humanitaria en los campamentos de Tindouf, en Argelia, donde las tasas de desnutrición y enfermedades entre los refugiados saharauis han alcanzado niveles críticos.
Según un reciente informe de la ONU, la desnutrición aguda global (GAM) entre los niños en los campamentos aumentó al 13,6%, mientras que el retraso en el crecimiento se elevó al 30,7%, frente al 10,7% y 28,8% registrados en 2022. Estas cifras, las más altas desde 2010, están clasificadas como críticas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Grave desnutrición y aumento de la anemia
El informe también reveló tasas alarmantes de anemia, que afectan al 68,8% de las mujeres en edad reproductiva y a los niños menores de cinco años, superando ampliamente el umbral del 40% considerado emergencia de salud pública. En 2022, los niveles de anemia ya eran elevados, con 53,5% y 54,2% en los mismos grupos.
Las conclusiones del secretario general subrayan un deterioro dramático en la salud y nutrición de los saharauis que viven en “condiciones inhumanas”. A pesar de los esfuerzos humanitarios, la situación continúa empeorando debido a la mala gestión de los recursos y el acceso limitado a la ayuda.
Financiación insuficiente y mala gestión
Hasta julio de 2025, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que solo se habían recibido 36,16 millones de dólares de los 104 millones solicitados para los programas de ayuda, incluyendo una parte financiada por el gobierno argelino.
Sin embargo, varios informes indican que los fondos proporcionados por Argelia se destinan principalmente al liderazgo del Frente Polisario y a actividades militares, en lugar de ayuda humanitaria directa. Los refugiados permanecen confinados en los remotos campamentos del desierto, con acceso limitado al agua, la atención médica y la movilidad.
Desvío de ayuda y preocupación internacional
Diversas investigaciones, entre ellas las de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Foro de Apoyo a la Autonomía de Tindouf (FORSATIN), han revelado un prolongado desvío de la ayuda humanitaria por parte de funcionarios del Polisario. Los suministros médicos y alimentarios, una vez entregados, a menudo desaparecen o se venden en Mauritania y mercados del África subsahariana para financiar la compra de armas.
A comienzos de este año, el representante del ACNUR, Alistair Alain Boulton, pidió 100 millones de dólares anuales para cubrir las necesidades urgentes de los refugiados saharauis. A pesar de las apelaciones, los donantes internacionales se muestran cautelosos debido a los reiterados casos de malversación de fondos.
Llamados a la rendición de cuentas
El embajador permanente de Marruecos ante la ONU, Omar Hilale, renovó su llamado para que Argelia permita un censo largamente retrasado de los residentes de los campamentos, una exigencia repetida por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2011. La ausencia de datos precisos, señaló Hilale, facilita la continua apropiación indebida de la ayuda y socava los esfuerzos de asistencia.
El informe de la ONU pinta un panorama sombrío de deterioro sanitario, pobreza creciente y negligencia sistemática en Tindouf, e insta a una atención internacional inmediata para evitar un mayor sufrimiento humano en los campamentos administrados por el Polisario.