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Abandonados en la Frontera: Trabajadores Marroquíes Varados por España
En un giro drástico de los acontecimientos, los trabajadores transfronterizos marroquíes, acostumbrados a los desplazamientos diarios desde Nador hasta Melilla, se encuentran desempleados a pesar de las reaperturas de fronteras en 2022. Más de 1,300 individuos ahora enfrentan las secuelas, exigiendo el reembolso de las contribuciones a la seguridad social realizadas en el sistema español durante la pandemia.
Estos trabajadores, que anteriormente poseían permisos especiales (visas F) que facilitaban el tránsito diario a Melilla sin necesidad de visas Schengen completas, ahora se enfrentan a obstáculos inesperados. Desde la reapertura de la frontera en mayo, solo se permite la entrada a Melilla para trabajar a los marroquíes con visas Schengen completas.
A pesar de que las regulaciones de la UE establecen claramente que los residentes transfronterizos de la zona deberían conservar el acceso sin visa, siempre y cuando no pasen la noche en territorio español, la realidad sobre el terreno es radicalmente diferente. Obtener visas se ha revelado como un desafío insuperable para estos trabajadores ahora desempleados.
Ayada, una viuda de 51 años que sostiene a cuatro hijos en Marruecos, comparte una historia que resuena con muchos otros en su situación. Había trabajado ocho horas al día en una casa privada de Melilla desde 2015 bajo un permiso. Cuando golpeó la pandemia, su empleador proporcionó alguna asistencia financiera temporal pero se negó a patrocinar su visa para regresar al trabajo. Como resultado, Ayada sigue sin ingresos ni protección, más de 18 meses después de que se desencadenara la crisis inicial.
La falta de apoyo o beneficios de desempleo para estos trabajadores diligentes, que pagaron fielmente la seguridad social española y los impuestos durante años, ha recibido condena por parte de líderes laborales. Los abogados han asumido la causa, presentando más de una docena de casos judiciales en curso argumentando que el trato constituye discriminación dentro de la democracia de la UE. Mientras los defensores de la igualdad transfronteriza enfatizan que "la igualdad de derechos se aplica a todos", el futuro de los trabajadores varados permanece en la incertidumbre, a la espera de la intervención gubernamental para abordar su situación desesperada.
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