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 Singapur Ejecuta a un Tercer Traficante de Drogas en una Semana en Medio de Clamor Global  

 Singapur Ejecuta a un Tercer Traficante de Drogas en una Semana en Medio de Clamor Global  
Viernes 22 Noviembre 2024 - 07:36
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Singapur ha llevado a cabo su tercera ejecución por tráfico de drogas en el lapso de una semana, intensificando los debates globales sobre la ética y la eficacia de la pena de muerte. A pesar de los llamamientos de clemencia por parte de organizaciones internacionales, Rosman Abdullah, un singapurense de 55 años, fue ejecutado por traficar 57,43 gramos de heroína en el país.  

La Oficina Central de Narcóticos (CNB, por sus siglas en inglés) confirmó la ejecución este viernes, destacando que a Rosman se le garantizó “pleno proceso legal” y contó con representación jurídica a lo largo de su caso. Según la CNB, el uso de la pena capital en Singapur se reserva para “los crímenes más graves”, entre ellos el tráfico significativo de drogas. La agencia subrayó el daño social más amplio que generan estos delitos, afectando no solo a los consumidores de drogas, sino también a sus familias y a la sociedad en general.  

Llamados Internacionales Ignorados  

Las Naciones Unidas y diversas organizaciones de derechos humanos habían solicitado un indulto. Expertos de la ONU argumentaron que la pena de muerte no es efectiva para disuadir el crimen y criticaron el manejo del caso de Rosman por parte de Singapur, señalando preocupaciones sobre sus discapacidades intelectuales. Amnistía Internacional calificó la ejecución como “escalofriante” y una muestra alarmante de las políticas judiciales del estado.  

La ejecución de Rosman tuvo lugar en la prisión de Changi, exactamente una semana después de que otros dos individuos fueran ahorcados por delitos similares: un malasio de 39 años y un singapurense de 53 años.  

 Una Postura Estricta Frente a los Delitos de Drogas  

Singapur es conocido por su postura intransigente frente a los crímenes relacionados con las drogas, en marcado contraste con su imagen de centro internacional moderno y progresista. Es uno de los pocos países, junto con China y Corea del Norte, que continúan aplicando la pena de muerte para delitos de drogas.  

Según las leyes de Singapur, traficar más de 15 gramos de heroína o 500 gramos de cannabis conlleva una sentencia de muerte obligatoria. Las autoridades defienden esta política estricta como una medida necesaria para proteger a la sociedad, aunque los críticos señalan que estas medidas afectan de manera desproporcionada a las personas marginadas y no abordan las causas fundamentales del consumo de drogas.  

 Una Política Divisiva  

El compromiso de Singapur con la pena de muerte para delitos de drogas ha atraído críticas generalizadas. Los opositores argumentan que esta política socava el historial de derechos humanos del país y que enfoques alternativos, como la rehabilitación y la atención a factores socioeconómicos, serían más efectivos para combatir los problemas relacionados con las drogas.  

Mientras la comunidad internacional sigue pidiendo reformas, la postura de Singapur se mantiene firme, destacando la tensión continua entre las políticas nacionales y la defensa global de los derechos humanos.


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