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El impuesto a la riqueza en Europa: ¿Qué países aún lo aplican?
El debate sobre gravar a los más ricos ha vuelto a encenderse en Europa, centrado en la posibilidad de abordar las deudas nacionales mediante impuestos basados en la riqueza. El economista Gabriel Zucman ha propuesto recientemente un impuesto mínimo del 2% sobre fortunas superiores a los 100 millones de euros, una medida destinada a reemplazar el antiguo impuesto de solidaridad sobre la fortuna (ISF) de Francia, eliminado en 2018 y sustituido por un impuesto a la riqueza inmobiliaria (IFI). Sin embargo, solo tres países europeos continúan aplicando un impuesto a la fortuna, y únicamente uno pertenece a la Unión Europea.
España: El único país de la UE con un impuesto a la riqueza
España es el único Estado miembro de la UE que mantiene un sistema de impuesto a la riqueza. Inicialmente abolido en 2008, fue restablecido en 2011 como respuesta a la crisis económica, dirigido a individuos con patrimonios netos superiores a los 700.000 euros. En 2022, España introdujo un impuesto temporal de solidaridad sobre fortunas superiores a los 3 millones de euros, con tasas progresivas que oscilan entre el 1,7% y el 3,5%. Esta medida refuerza la estrategia fiscal de España basada en impuestos a la riqueza.
Noruega y Suiza: Tasas a la riqueza fuera de la UE
Fuera de la UE, Noruega y Suiza son los únicos países europeos que mantienen impuestos a la riqueza. Noruega aplica una tasa del 0,7% sobre activos que superen los 1,7 millones de coronas noruegas (aproximadamente 145.000 euros), generando unos ingresos anuales de 32.000 millones de coronas (2.700 millones de euros). Sin embargo, este sistema fiscal se ha convertido en un tema controvertido, especialmente durante las recientes elecciones legislativas.
En Suiza, el impuesto a la riqueza varía significativamente según el cantón. Por ejemplo, Ginebra aplica una tasa del 0,6% sobre fortunas entre 500.000 y 1 millón de francos suizos, mientras que Zúrich establece una tasa inferior del 0,2% en el mismo rango de valores. Este enfoque descentralizado refleja la singular estructura fiscal federal de Suiza.
Una tendencia en retroceso en Europa
Aunque España, Noruega y Suiza persisten con los impuestos a la riqueza, otros países han abandonado esta práctica a lo largo de los años. Austria la eliminó en 1994, seguida por Alemania e Irlanda en 1997, Finlandia en 2006, Suecia en 2007, Grecia en 2009 y Francia en 2018. El abandono de los impuestos a la fortuna refleja una tendencia más amplia de los países que buscan equilibrar la generación de ingresos fiscales con la competitividad económica.