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El fenómeno de los centenarios: Descubriendo los secretos de una longevidad excepcional

El fenómeno de los centenarios: Descubriendo los secretos de una longevidad excepcional
Viernes 25 Octubre 2024 - 17:00
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En un intrigante cambio demográfico, el mundo está presenciando un aumento sin precedentes de centenarios, con un crecimiento anual del 8% en su número, superando con creces la tasa de crecimiento de la población mundial, que es del 1%. Esta tendencia notable ha captado la atención de investigadores de todo el mundo, quienes descubren que el camino hacia una longevidad excepcional implica tanto la herencia genética como las elecciones de estilo de vida.

Francia ostenta el récord de longevidad humana, con Jeanne Calment, quien vivió 122 años y 164 días hasta su fallecimiento en 1997. Le sigue de cerca Kane Tanaka, de Japón, quien vivió hasta los 119 años y 107 días, falleciendo en 2022. Actualmente, Tomiko Itooka, de 116 años, ostenta el título de la persona viva más anciana del mundo desde agosto de 2024.

La huella genética de la longevidad

Una investigación liderada por el Dr. Thomas Perls de la Universidad de Boston ha revelado evidencia convincente sobre la naturaleza hereditaria de la longevidad. Su estudio de 444 familias de centenarios, que abarca a 2,092 hermanos, arrojó estadísticas de supervivencia notables. Las mujeres con hermanos centenarios mostraron una tasa de supervivencia 3.6 veces mayor después de los 65 años, mientras que los hombres demostraron un aumento de 3.4 veces en comparación con sus contrapartes nacidas en 1900.

Un caso particularmente sorprendente mostró una familia en la que 23 de sus 46 miembros en una sola generación superaron los 90 años, y algunos llegaron a los 106 años. Este efecto de agrupamiento sugiere fuertemente un componente genético en el envejecimiento excepcional.

Mecanismos moleculares del envejecimiento

Los científicos han identificado factores genéticos clave, incluyendo diferentes formas de apolipoproteína E. Mientras que la variante ε4 se correlaciona con un mayor riesgo de Alzheimer y enfermedades cardíacas, su frecuencia disminuye en poblaciones mayores. Por el contrario, la variante ε2 aparece con mayor frecuencia en poblaciones caucásicas ancianas, lo que sugiere un papel protector en el envejecimiento.

La investigación del Dr. Nir Barzilai sobre centenarios judíos ashkenazíes reveló otro aspecto fascinante: estos individuos mantienen naturalmente perfiles de lípidos favorables, lo que contribuye a un menor riesgo cardiovascular.

Calidad de vida en la vejez

Contrario a lo que se espera, la longevidad excepcional suele venir acompañada de una salud y una independencia preservadas. Los datos muestran que, a los 92 años, el 88% de las mujeres y el 100% de los hombres centenarios mantenían su autonomía. Aún más sorprendente, a los 97 años, el 45% de las mujeres y el 75% de los hombres seguían viviendo de manera independiente.

Estos hallazgos respaldan la hipótesis de James Fries de la década de 1970, que sugiere que, aunque los avances médicos pueden no extender la vida máxima humana, sí pueden reducir el periodo de morbilidad.

Factores ambientales: Una visión más amplia

Si bien la genética desempeña un papel crucial, solo representa el 20-30% de la longevidad, según estudios de gemelos escandinavos. Esta investigación sugiere que la persona promedio posee el potencial genético para llegar a los 85 años en buena salud.

Sin embargo, las elecciones de estilo de vida impactan significativamente este potencial. En los Estados Unidos, la esperanza de vida cae aproximadamente diez años por debajo de su potencial, en gran parte debido a malos hábitos de vida. Las tasas de obesidad han aumentado drásticamente: del 17% al 42% en hombres y del 21% al 44% en mujeres entre 1990 y la actualidad.

Direcciones futuras de investigación

Los científicos continúan investigando factores genéticos adicionales, como el gen FOXO3A (involucrado en la respuesta al estrés y la reparación del ADN) y SIRT6 (protección contra el estrés oxidativo). Aunque el efecto individual de cada gen puede ser modesto, comprender su influencia colectiva podría llevar a estrategias mejoradas para un envejecimiento saludable.

Este campo emergente de investigación sugiere que, aunque no podemos elegir nuestros genes, podemos influir significativamente en nuestra longevidad a través de las elecciones de estilo de vida, desbloqueando potencialmente el camino hacia una vida no solo más larga, sino también más saludable.

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