-
17:50
-
17:20
-
16:50
-
16:20
-
15:50
-
15:20
-
14:50
-
14:20
-
13:20
-
12:50
-
12:20
-
11:50
-
11:30
-
11:20
-
11:00
-
10:50
-
10:30
-
10:20
-
10:00
-
09:50
-
09:30
-
09:20
-
09:00
-
08:50
-
08:30
-
08:20
-
08:00
-
07:50
-
07:30
-
07:00
Síguenos en Facebook
Cambio climático en zonas montañosas pone en riesgo a miles de millones
El cambio climático en las montañas está avanzando más rápido que en el resto del planeta, alterando el suministro de agua, desestabilizando laderas y poniendo en riesgo creciente tanto a las comunidades locales como a miles de millones de habitantes situados aguas abajo.
Cambio climático en las montañas
Una importante revisión internacional sobre el fenómeno conocido como “cambio climático dependiente de la altitud” concluye que las temperaturas en las regiones de montaña han aumentado con mayor rapidez que en las zonas de menor elevación cercanas, especialmente desde la década de 1980. A medida que se retiran la nieve y el hielo, queda al descubierto más roca y suelo oscuros, que absorben calor adicional y aceleran los ciclos de calentamiento local en las zonas de gran altitud.
Los científicos advierten que estos cambios reflejan tendencias observadas en el Ártico, con las altas montañas perdiendo nieve y hielo con rapidez y experimentando transformaciones profundas en temperatura, precipitación y ecosistemas. La revisión concluye que este calentamiento intensificado probablemente continuará a lo largo de este siglo, aunque las proyecciones detalladas siguen limitadas por la escasez de redes de observación en ambientes remotos y elevados.
Peligros inmediatos y desastres recientes
Más de mil millones de personas dependen ya de la nieve y los glaciares de montaña como reservorios naturales que alimentan ríos usados para agua potable, riego y generación hidroeléctrica, incluida la población de China e India, donde el deshielo del Himalaya sostiene la seguridad hídrica de cientos de millones de personas. A medida que el calentamiento desplaza la precipitación de nieve a lluvia, aumenta a corto plazo el riesgo de inundaciones súbitas y crecidas destructivas, al tiempo que disminuye el almacenamiento de agua a largo plazo en forma de hielo y nieve estacional.
Los episodios recientes ilustran el peligro. Pakistán ha sufrido temporadas de monzones mortales con intensas lluvias de montaña y precipitaciones extremas que han causado numerosas víctimas en comunidades de altura y en las zonas situadas río abajo, mientras que Suiza ha registrado otro año de fuerte deshielo, con una pérdida de alrededor del tres por ciento del volumen glaciar solo en 2025 y una cuarta parte de su hielo en la última década. En mayo, una avalancha catastrófica de roca y hielo destruyó la mayor parte del pueblo suizo de Blatten, subrayando cómo las laderas desestabilizadas y el deshielo pueden convertirse en desastres repentinos.
Ecosistemas bajo presión
El aumento de las temperaturas está obligando a muchas especies de plantas y animales a desplazarse hacia cotas más altas en busca de refugios más fríos, comprimiendo ecosistemas enteros en zonas de altitud cada vez más reducidas. Los científicos advierten de que numerosas especies acabarán quedándose sin espacio en la montaña, lo que provocará extinciones locales y una reconfiguración profunda de los hábitats alpinos y subalpinos.
Estos cambios ecológicos debilitan los servicios naturales que prestan los paisajes de montaña, desde la estabilización de suelos y la regulación de caudales hasta el apoyo a la agricultura, el turismo y las prácticas culturales. Los investigadores insisten en que mantener ecosistemas funcionales en las altas montañas es esencial para preservar su papel como “torres de agua” del planeta y reducir los riesgos de desastre para las comunidades de los Andes y los Alpes hasta el Himalaya.
Brechas de datos e implicaciones para las políticas
Pese a la creciente evidencia, amplias áreas de las montañas del mundo siguen poco monitorizadas, con escasas estaciones meteorológicas y climáticas de largo plazo por encima de umbrales de altitud clave. Esta falta de datos complica el seguimiento de las tendencias de calentamiento local, la previsión de peligros y el diseño de medidas de adaptación específicas para las regiones vulnerables.
Los científicos y especialistas en regiones montañosas reclaman inversiones urgentes en redes de monitoreo, cartografía de riesgos y estrategias de adaptación que conecten a las comunidades de montaña con los miles de millones de personas que viven aguas abajo. Subrayan que la protección de las regiones montañosas no puede separarse de los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que la continuación del calentamiento acelerará aún más la pérdida de glaciares, la presión sobre el agua y los riesgos de desastres en estos entornos cruciales.