- 16:04El Tasa de Llenado de los Embalses en Marruecos Alcanza el 29,08%
- 15:34Las tensiones aumentan en la península de Corea durante los ejercicios militares
- 15:00Colisión importante frente a la costa este de Inglaterra deja 32 heridos en el choque de un petrolero y un carguero
- 14:35La fiscalía defiende la amnistía para Puigdemont y rechaza el motivo económico en el caso de independencia
- 14:02Fin de la operación militar de Siria contra los leales a Al-Assad
- 13:35EE. UU. y Ucrania discutirán conversaciones de paz en Arabia Saudita
- 13:08Rusia expulsa a dos diplomáticos británicos por supuesto espionaje
- 13:00La crisis de vivienda en España: La lucha por una vida asequible en un sistema de lotería
- 12:34Nombramiento estratégico para reforzar las relaciones entre Estados Unidos y Marruecos
Síguenos en Facebook
Dentro de las Fuerzas Nucleares de Rusia Un Exoficial Revela Secretos desde el Frente
Cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, el mundo observó con respiración contenida mientras el conflicto se desplegaba. Pero para aquellos destinados en las instalaciones militares más secretas de Rusia, ese día marcó un cambio en la escala de la preparación militar. Anton, un exoficial de las fuerzas nucleares rusas, recuerda el momento en que la base de armas nucleares en la que estaba destinado pasó a estar en alerta máxima.
“Antes de la invasión, solo teníamos ejercicios de entrenamiento. Pero cuando comenzó la guerra, las armas nucleares estaban listas y en su lugar”, explica Anton, hablando desde una ubicación secreta fuera de Rusia por su propia seguridad. “Estábamos preparados para lanzar fuerzas por aire y mar, y teóricamente, podríamos haber realizado un ataque nuclear.”
Las revelaciones de Anton ofrecen una rara visión de los mecanismos internos de uno de los aspectos más secretos del aparato militar ruso. Como exoficial de una instalación estratégica de armas nucleares, sus perspectivas sobre la preparación nuclear del país ofrecen una visión única sobre los primeros días del conflicto. Aunque su testimonio no puede ser verificado de manera independiente, se alinea con las declaraciones públicas hechas por funcionarios rusos en ese momento.
Un Estado de Preparación para el Combate
Según Anton, el día que las tropas rusas cruzaron la frontera de Ucrania, el estado de alerta en su instalación nuclear se elevó al nivel más alto. El anuncio llegó solo tres días después de la invasión, cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó a las fuerzas de disuasión nuclear del país entrar en un “modo especial de servicio de combate.”
“La alerta estuvo activa desde el primer día”, recuerda Anton. “Mi unidad fue confinada a la base, sin más tarea que vigilar las armas nucleares. No formamos parte de los combates. Nuestro trabajo era simplemente asegurarnos de que las armas estuvieran seguras y listas para ser utilizadas si fuera necesario.”
Anton dice que este estado de alerta elevado duró unas dos o tres semanas, después de lo cual se desescaló. Pero durante ese período, él y sus compañeros oficiales estuvieron aislados del mundo exterior. La única fuente de información era la televisión estatal rusa, y aún así, Anton dice que no comprendió completamente la magnitud de lo que estaba ocurriendo.
“No sabíamos lo que estaba pasando”, admite. “Simplemente seguíamos órdenes. Nuestra misión era clara: asegurar el arsenal nuclear.”
La Vida Dentro de las Fuerzas Nucleares de Rusia
El relato de Anton también arroja luz sobre el entorno altamente controlado dentro de las fuerzas nucleares de Rusia. “El proceso de selección es extremadamente riguroso”, explica. “Todos son soldados profesionales; no hay reclutas. Pasas por constantes controles de seguridad, incluidas pruebas de detector de mentiras. El salario es mucho más alto, pero los soldados no son enviados a la guerra; están allí para proteger o, potencialmente, usar las armas nucleares.”
La vida en la base, recuerda Anton, estaba regida por estrictas reglas. Él era responsable de asegurarse de que sus soldados no llevaran teléfonos al recinto, una medida de seguridad diseñada para evitar filtraciones o comunicaciones externas. “Es una sociedad cerrada”, dice Anton. “No se permite la entrada de extraños. Si quieres que tus familiares te visiten, debes presentar una solicitud al FSB, el servicio de seguridad de Rusia, con tres meses de antelación.”
Para Anton, la sensación de secreto no solo se trataba de salvaguardar las armas en sí, sino también de proteger la naturaleza sensible de su misión. “Cuantas menos personas sepan lo que está pasando, mejor”, afirma. “Estábamos entrenados para estar listos en cualquier momento, y nadie fuera de la instalación podría interferir con eso.”
Un Testimonio Raro
El testimonio de Anton es raro. Los miembros de las fuerzas nucleares de Rusia rara vez se encuentran en una posición para hablar públicamente, dado el estricto control sobre su trabajo y la naturaleza sensible de sus responsabilidades. Por razones de seguridad, el verdadero nombre y rostro del exoficial se han mantenido en secreto, y su ubicación ha sido protegida.
A pesar de los riesgos, Anton decidió compartir su experiencia, ofreciendo una visión sin precedentes de una de las ramas más secretas del ejército ruso. Su relato sirve como un recordatorio de la enorme responsabilidad que recae sobre aquellos encargados de custodiar las armas más poderosas del país.
A medida que la guerra en Ucrania continúa, las apuestas siguen siendo altas, y el secretismo en torno a las armas nucleares asegura que tales conocimientos sigan siendo pocos y distantes entre sí. Sin embargo, para aquellos como Anton, la verdad sobre la preparación nuclear de Rusia es algo que debe ser contado.
Comentarios (0)