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239 años del Tratado de Paz y Amistad entre Marruecos y EE. UU.: una alianza histórica y un socio estratégico
Durante más de dos siglos, las relaciones entre Marruecos y los Estados Unidos han representado una alianza excepcional, iniciada con la firma del “Tratado de Paz y Amistad Marroquí-estadounidense” el 25 de enero de 1786. Este tratado, que sigue siendo uno de los acuerdos bilaterales más antiguos aún en vigor, ha sido la base de una cooperación continua en los ámbitos político, económico y estratégico.
En diciembre de 2020, se produjo un momento crucial con el reconocimiento por parte de EE. UU. de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara, una decisión cuyas consecuencias aún se siguen desarrollando, especialmente con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025.
Durante el reinado del sultán Sidi Mohammed Ben Abdellah (1757-1790), Marruecos ocupó una posición geoestratégica clave en el siglo XVIII, entre Europa, África y las Américas. En 1777, el sultán marroquí fue el "primer jefe de estado" en reconocer la independencia de los Estados Unidos, que aún estaba en guerra contra la dominación británica. Este acto audaz reflejaba el deseo de Marruecos de establecer relaciones diplomáticas con la joven nación.
El tratado, firmado en 1786 tras intercambios diplomáticos liderados por Thomas Barclay en nombre de George Washington, garantizaba la protección de los barcos estadounidenses en aguas marroquíes, protegía el comercio y establecía una amistad formal entre ambas naciones. Ratificado en 1787, este acuerdo sigue siendo un símbolo de la longevidad de las relaciones entre Rabat y Washington.
Una Relación en Evolución Constante El tratado sirvió como base para relaciones estables a lo largo del siglo XIX, incluso cuando Marruecos enfrentó los desafíos de la expansión colonial europea. El comercio y la cooperación marítima siguieron siendo los pilares de la relación.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Marruecos, bajo el protectorado francés, jugó un papel estratégico en la lucha contra las fuerzas del Eje. La "Operación Antorcha" de 1942, el desembarco aliado en el norte de África, marcó el inicio de una cooperación militar duradera entre ambos países.
Tras la independencia de Marruecos en 1956, las relaciones entre Marruecos y EE. UU. se intensificaron, especialmente durante la Guerra Fría. Bajo el liderazgo de Hassan II, Marruecos se convirtió en un aliado clave de EE. UU., debido a su estabilidad y su rol moderador en las crisis regionales. Washington apoyaba a Rabat en sus esfuerzos de modernización económica, mientras mantenía una cooperación estrecha en temas de seguridad.
Marruecos: Un Socio Invaluable Durante las últimas dos décadas, las relaciones entre Marruecos y EE. UU. se han diversificado más allá de los aspectos militares. El acuerdo de libre comercio de 2004 marcó un hito importante, mejorando los intercambios comerciales y fomentando las inversiones estadounidenses en Marruecos, particularmente en los sectores de energía renovable e infraestructuras.
Reconocimiento de la Soberanía Marroquí sobre el Sahara El 10 de diciembre de 2020, bajo la administración de Trump, EE. UU. tomó una decisión histórica al reconocer oficialmente la soberanía de Marruecos sobre el Sahara. Este anuncio, celebrado por Rabat, marcó un avance decisivo en el conflicto del Sahara marroquí, una región clave para la estabilidad regional y el desarrollo económico en el norte de África.
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025, se abren nuevas perspectivas para la asociación marroquí-estadounidense. Se espera que la política exterior pragmática de Trump permita institucionalizar aún más el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sahara y anime a otros países a adoptar una posición similar. Washington también podría apoyar las iniciativas de desarrollo lanzadas por Marruecos en sus provincias del sur, como las zonas económicas especiales y los proyectos de infraestructura.
Socio Estratégico en lo Económico y la Seguridad Marruecos, como centro clave en África, ofrece a las empresas estadounidenses una puerta de entrada al mercado continental. El regreso de Trump podría acelerar las inversiones en sectores estratégicos como la energía verde, donde Marruecos se ha consolidado como un líder regional, así como en agroindustria, tecnología digital e infraestructuras portuarias.
En un contexto de crecientes tensiones en el Sahel y el Mediterráneo, EE. UU. seguirá colaborando con Marruecos en la lucha contra el terrorismo y la promoción de la estabilidad regional. Gracias a su experiencia en inteligencia y su ubicación estratégica, Marruecos sigue siendo un socio clave para EE. UU. en estos esfuerzos.
Además, Marruecos podría aprovechar esta dinámica para fortalecer los intercambios culturales y diplomáticos con EE. UU., resaltando su rol como puente entre el mundo árabe, África y Occidente.
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