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$1 mil millones de ofensiva militar de EE. UU. en Yemen lucha contra la resistencia de los hutíes
A pesar de una inversión financiera significativa, informes recientes indican que la ofensiva militar de EE. UU. en Yemen ha tenido resultados mínimos, ya que las fuerzas hutíes continúan su desafío en medio de tensiones regionales crecientes.
A principios de este mes, medios estadounidenses revelaron que casi $1 mil millones se habían gastado en solo tres semanas en operaciones militares dirigidas a los hutíes. Sin embargo, fuentes familiarizadas con la situación han caracterizado el impacto de esta campaña como "limitado".
La ofensiva, iniciada el 15 de marzo, ha consumido una parte sustancial del presupuesto en municiones sofisticadas, incluidos misiles de crucero JASSM, armas de intercepción conjunta (JSOW) y misiles Tomahawk. El JASSM, desarrollado por Lockheed Martin, está diseñado para ataques de precisión contra objetivos de alto valor, mientras que los JSOW facilitan ataques de largo alcance. Los misiles Tomahawk, utilizados principalmente por la Armada de EE. UU., son conocidos por su capacidad para evadir detecciones de radar.
El 2 de abril, CNN informó del despliegue de al menos seis bombarderos B-2 en Diego García, una ubicación estratégica en el Océano Índico. Esta acción, que representa el 30% de la flota de bombarderos sigilosos de la Fuerza Aérea de EE. UU., fue interpretada como un mensaje a Irán en medio de crecientes tensiones en Oriente Medio. Los bombarderos B-2, conocidos por sus capacidades de sigilo, pueden transportar tanto cargas convencionales como nucleares.
A pesar de la significativa presencia militar, el Pentágono no ha divulgado los impactos precisos de la operación sobre las capacidades hutíes. Según un funcionario de defensa de EE. UU., aunque algunos sitios militares han sido supuestamente destruidos, los hutíes han fortificado sus posiciones y mantenido sus arsenales.
La administración Trump no ha aclarado la duración de la ofensiva, pero el presidente Trump indicó que los bombardeos continuarían hasta que los hutíes cesaran sus ataques a la navegación en el Mar Rojo.
Respuesta militar de los hutíes
Los hutíes han demostrado resistencia, continuando con ataques de represalia, particularmente en respuesta al conflicto en Gaza. Desde marzo de 2025, han derribado tres drones MQ-9 Reaper, aumentando sus pérdidas totales a al menos 17 desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza en octubre de 2023. Cada drone está valorado en aproximadamente $30 millones, lo que lleva a pérdidas financieras significativas.
El general de brigada Yahya Saree, portavoz militar hutí, ha asumido la responsabilidad de estas operaciones, afirmando que son actos de solidaridad con la lucha palestina. Señaló que los drones derribados estaban realizando operaciones hostiles en el espacio aéreo yemení.
El 5 de abril, el presidente Trump compartió un video de un ataque aéreo estadounidense, afirmando que eliminó a combatientes hutíes. Sin embargo, fuentes locales disputaron esto, afirmando que el ataque apuntó a civiles inocentes en una reunión tribal. Un alto funcionario de medios hutíes condenó las afirmaciones de Trump, etiquetándolas como una exhibición de agresión estadounidense.
Destrucción generalizada de los ataques aéreos de EE. UU.
Los continuos ataques aéreos han resultado en una destrucción significativa, incluida la infraestructura civil. El informe de CNN ha sido criticado por no abordar las víctimas civiles y la crisis humanitaria exacerbada por los ataques. Yemen ha estado bajo un bloqueo naval y aéreo desde 2015, lo que ha llevado a severas carencias de alimentos, combustible y suministros médicos.
Según un informe de ACNUR de 2025, alrededor de 4.5 millones de personas—el 14% de la población de Yemen—están desplazadas, con millones enfrentando inseguridad alimentaria aguda. La situación es grave, con decenas de miles viviendo en condiciones similares a la hambruna. A raíz de la ofensiva militar, al menos 70 yemeníes han sido reportados muertos desde el 15 de marzo.
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