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Sudáfrica enfrenta una inminente escasez de gas, intensificando la crisis energética

Sudáfrica enfrenta una inminente escasez de gas, intensificando la crisis energética
Miércoles 12 Junio 2024 - 14:10
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Los desafíos energéticos de Sudáfrica están destinados a empeorar a medida que el país se enfrenta a una inminente escasez de gas, exacerbando la persistente crisis eléctrica que ha persistido durante más de una década. Esta inminente interrupción en el suministro de gas desde Mozambique amenaza con paralizar varios sectores de la economía, desde industrias y minas hasta restaurantes y hogares, donde el gas natural desempeña un papel crucial en las operaciones, la cocina y la calefacción.

Las advertencias se han ido acumulando, instando al gobierno a abordar este problema urgente antes de que cause un fuerte golpe a la ya luchadora economía sudafricana. La Asociación de Usuarios Industriales de Gas del Sur de África (IGUA-SA) ha advertido que aunque se proyecta la interrupción anticipada en el suministro de gas para 2026, el país tiene apenas unos meses para asegurar alternativas y evitar una escasez de esta fuente de energía esencial.

A pesar del cronograma aparentemente lejano, la asociación enfatiza la urgencia de construir y poner en funcionamiento nuevos gasoductos e infraestructura en los próximos meses para mantener los niveles actuales de flujo de gas.

Busisiwe Mavuso, presidenta de Business Leadership South Africa (BLSA), hace eco de estas preocupaciones, resaltando la necesidad de inversiones sustanciales para desarrollar nuevas fuentes de gas y una infraestructura de transporte adecuada.

Sin embargo, la aparente indiferencia del gobierno ante estas alarmas se asemeja a la complacencia que exacerbó la crisis eléctrica, sin medidas tangibles a la vista para abordar la inminente escasez de gas.

Mavuso lamenta la falta de soluciones viables por parte del gobierno para proteger a las numerosas empresas que emplean colectivamente a más de 70,000 personas y generan más de $27 mil millones (500 mil millones de rands) anualmente para la economía del país.

Las proyecciones actuales pintan un panorama sombrío, con un posible período de 12 a 18 meses entre la cesación del suministro de gas y la puesta en marcha de nuevas fuentes. Durante este período, las consecuencias económicas serán graves y de largo alcance.

La inminente escasez de gas es un desafío formidable en el horizonte de Sudáfrica, que exige medidas rápidas y efectivas para evitar una escalada adicional de la crisis energética y sus consecuencias perjudiciales para la actividad económica y el empleo.

A medida que el país lucha con esta crisis inminente, la urgencia de medidas decisivas por parte del gobierno no puede ser exagerada. La falta de acción oportuna podría sumir a Sudáfrica en un abismo energético aún más profundo, con consecuencias graves para su ya tensionada economía y los medios de vida de sus ciudadanos.


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