-
17:20
-
16:50
-
16:20
-
15:50
-
15:20
-
14:50
-
14:20
-
13:20
-
13:00
-
12:50
-
12:20
-
11:55
-
11:50
-
11:30
-
11:20
-
11:00
-
10:50
-
10:30
-
10:20
-
10:00
-
09:50
-
09:30
-
09:20
-
09:00
-
08:50
-
08:30
-
08:20
-
08:00
-
07:50
-
07:30
-
07:00
Síguenos en Facebook
Anouar Sabri destaca la hoja de ruta del Rey Mohammed VI y llama a una gobernanza responsable
En una conversación en profundidad con Medi 1 TV, el parlamentario marroquí Anouar Sabri, miembro del Rally Nacional de Independientes (RNI), describió el último discurso parlamentario de Su Majestad el Rey Mohammed VI como una “hoja de ruta precisa y completa” que define las prioridades de la trayectoria política, social y económica de Marruecos en los próximos años.
Para Sabri, los ocho minutos del discurso real fueron más que la apertura ceremonial de la sesión legislativa. Representaron un momento de recalibración para el liderazgo del país, instando a la claridad, la responsabilidad y un impulso renovado en la gestión pública.
Una hoja de ruta basada en precisión y propósito
Sabri subrayó que la brevedad del discurso real no disminuyó su profundidad. “Las palabras del Rey fueron quirúrgicas”, explicó, “no solo describen la realidad, sino que prescriben la solución”.
Destacó que el discurso ofreció una visión estructurada, estableciendo un tono de disciplina estratégica y responsabilidad moral para las instituciones de Marruecos: el gobierno, el parlamento y los funcionarios electos. Más que reflexiones abstractas, el mensaje del monarca exigió resultados tangibles e impacto visible en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Esta interpretación coincide con un sentimiento más amplio en los círculos políticos marroquíes, donde el enfoque está cambiando de marcos conceptuales a largo plazo hacia una gobernanza orientada a resultados. Sabri enmarcó el discurso como una invitación y una obligación para que los responsables políticos aceleren las reformas y cierren la brecha entre políticas públicas y percepción ciudadana.
Reinventando la comunicación política
Entre los temas más destacados del discurso real, según Sabri, se encuentra la renovación de la comunicación política. El Rey instó a transformar la manera en que las instituciones estatales se relacionan con los ciudadanos, un desafío que Sabri considera crítico para restaurar la confianza y la participación.
“No nos hemos comunicado tan eficazmente como deberíamos”, admitió, enfatizando que tanto el parlamento como el gobierno deben explicar las políticas públicas en un lenguaje claro y cercano. Para él, la transparencia y la simplicidad en el discurso político ya no son opcionales; son herramientas esenciales para la gobernanza en la era digital.
Sabri también resaltó la necesidad de aprovechar los medios de comunicación y las redes sociales para reducir la distancia entre los responsables políticos y la ciudadanía. Advirtió contra lo que llamó “comunicación performativa”, refiriéndose a apariciones mediáticas desconectadas de la realidad de los ciudadanos, y abogó por un diálogo de campo que refleje la proximidad del gobierno a la población.
Sus comentarios reflejan debates más amplios dentro de la política marroquí sobre la modernización del discurso político, especialmente entre las generaciones más jóvenes que esperan un compromiso auténtico más que la retórica tradicional.
Gobernanza responsable ante la presión social
Abordando las recientes protestas sociales, Sabri rechazó la idea de que la coalición gobernante de Marruecos hubiera sido lenta en responder. Reveló que se habían llevado a cabo varias reuniones de alto nivel “desde los primeros días”, aunque no todas se hicieron públicas.
Para Sabri, la lección de estos eventos es clara: la comunicación responsable debe acompañar a la gobernanza responsable. La próxima fase, dijo, requerirá un enfoque más transparente y proactivo, “una comunicación que sea responsable, no performativa”.
Este cambio, argumentó, se alinea con la visión más amplia del Rey de un Estado que escucha, que actúa con decisión pero también explica abiertamente sus elecciones. A medida que Marruecos navega por la volatilidad económica global, este doble enfoque de eficiencia y empatía podría resultar decisivo para mantener la cohesión social.
Aceleración antes de 2026: un llamado al impulso reformista
Con Marruecos acercándose a las elecciones legislativas de 2026, Sabri destacó el mensaje implícito del Rey: el tiempo es esencial. El gobierno, dijo, debe acelerar las reformas estructurales e inyectar nueva energía en los programas sociales y de desarrollo.
“La próxima fase requiere rapidez y disciplina”, afirmó Sabri. “Debemos comprometernos con la justicia social y territorial, no como lemas, sino como resultados tangibles”.
Enmarcó esta urgencia como parte de la agenda de transformación más amplia de Marruecos, desde la expansión de la protección social hasta la mejora de la infraestructura regional y el fomento del empleo juvenil. La insistencia del Rey en una nueva dinámica en la acción pública, argumentó Sabri, es tanto un imperativo moral como una necesidad política.
La justicia territorial como piedra angular del nuevo modelo de desarrollo de Marruecos
Uno de los elementos más significativos del discurso, según Sabri, fue la reafirmación de la equidad territorial, la distribución justa de recursos y oportunidades en las diversas regiones de Marruecos.
Describió la visión real como un llamado a empoderar a las autoridades locales con mayor autonomía y responsabilidad para implementar proyectos de desarrollo de manera eficiente. “Las regiones deben convertirse en motores de crecimiento equilibrado”, dijo, “para que cada ciudadano, ya sea en Tánger o Tata, se sienta parte del mismo esfuerzo nacional”.
Este enfoque en la descentralización refleja el Nuevo Modelo de Desarrollo de Marruecos, que sitúa la justicia territorial en su núcleo. Al avanzar en la gobernanza regional, argumentó Sabri, el país puede lograr un camino más resiliente e inclusivo hacia la modernización.
De las intenciones al impacto
En sus palabras finales, Sabri resumió la esencia del mensaje del Rey: Marruecos entra en una fase en la que las buenas intenciones ya no son suficientes. El discurso real, dijo, fue un llamado a la acción, un recordatorio de que la credibilidad política depende de resultados medibles.
“Ha llegado el momento de pasar de la lógica de las promesas a la lógica del cumplimiento”, concluyó Sabri. “El Rey ha mostrado la dirección, y ahora es nuestra responsabilidad hacer realidad esa visión”.