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La resiliencia de Marruecos: desmintiendo los mitos del declive
Marruecos ha vuelto a ser objeto de especulación mediática tras la publicación de un artículo de Le Monde el 24 de agosto de 2025 que sugería un “fin de reinado” para su monarquía centenaria. Estas narrativas, a menudo recicladas, no reflejan la realidad de un país que no solo es estable, sino que también está experimentando una transformación significativa.
Rompiendo con los estereotipos
Durante años, ciertos medios franceses han recurrido a tropos reductivos para retratar a Marruecos. Un bastón se interpreta como un signo de fragilidad, una figura más delgada desata rumores de inestabilidad y las fotos de vacaciones se utilizan para insinuar ausencia. Estas representaciones simplifican en exceso a Marruecos, reduciendo sus complejidades a narrativas sensacionalistas. Sin embargo, Marruecos no es un telón de fondo para fantasías editoriales. Es una nación vibrante y en evolución, que adopta reformas y modernización mientras afirma su papel en el escenario global.
Una nación transformada
Desde 1999, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Marruecos ha experimentado un cambio profundo. Tánger Med se ha convertido en uno de los centros marítimos más concurridos del mundo. El primer tren de alta velocidad de África ahora conecta ciudades clave, y el complejo solar Noor Ouarzazate se erige como un líder mundial en energía renovable. El progreso social ha sido igualmente transformador, con reformas al derecho de familia, la adopción de una constitución progresista en 2011 y la ampliación de las protecciones sociales bajo la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano. Estos hitos reflejan a un país enfocado en el progreso, no en el estancamiento.
La monarquía: un pilar de estabilidad
Lejos de ser frágil, la monarquía marroquí ha sido un pilar constante de unidad y estabilidad en una región marcada por la volatilidad. Con profundas raíces históricas, sirve como la base de la evolución política y social de la nación. Su Majestad el Rey Mohammed VI ha demostrado resiliencia mientras prepara la continuidad generacional a través del Príncipe Heredero Moulay El Hassan. La monarquía no es un vestigio del pasado, sino una institución que se adapta a los desafíos modernos y guía la trayectoria futura del país.
Cuestionando la credibilidad de las críticas
La verdadera cuestión recae en medios como Le Monde. Antes respetado por su rigor investigativo, esta publicación corre el riesgo de socavar su propia credibilidad al favorecer narrativas especulativas e hipótesis en lugar de hechos. Al predecir repetidamente el supuesto declive de Marruecos, distrae la atención de los logros y el progreso medibles del país.
Desafíos y ambiciones
Como cualquier nación, Marruecos enfrenta desafíos, entre ellos el desempleo juvenil, la desigualdad social y las ineficiencias burocráticas. Sin embargo, aborda estos problemas con determinación. Su selección como coanfitrión de la Copa Mundial de la FIFA 2030 subraya su posición global y demuestra confianza en su estabilidad e infraestructura. La trayectoria de Marruecos es una de ambición calculada, consolidando sus instituciones y aprovechando su ubicación estratégica para actuar como líder regional e internacional.
Escribiendo su propia historia
Contrariamente a las afirmaciones de un “fin de reinado,” Marruecos está prosperando y evolucionando. Mientras algunos se aferran a mitos obsoletos, la verdadera historia radica en la resiliencia, modernización y aspiraciones de su pueblo. Los marroquíes, no las narrativas externas, son los arquitectos del progreso de su nación.