-
16:50
-
15:20
-
14:50
-
14:20
-
13:30
-
10:20
-
09:50
-
08:50
-
08:20
Síguenos en Facebook
Marruecos y Sudáfrica: Explorando un terreno común frágil
La semana pasada marcó un desarrollo notable en las relaciones entre Marruecos y Sudáfrica con la visita de Jacob Zuma, expresidente de Sudáfrica, a Rabat. En su calidad de líder del partido Umkhonto weSizwe, Zuma expresó su apoyo al plan de autonomía de Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara. Esta declaración ha reavivado los debates sobre la postura de Pretoria, históricamente definida por la hostilidad hacia las reivindicaciones territoriales de Marruecos.
Un giro histórico
Las declaraciones de Jacob Zuma reflejan un posible cambio en la diplomacia sudafricana. Esta no es la primera interacción entre Zuma y Marruecos; en 2017, se reunió con el rey Mohammed VI durante la Cumbre Unión Africana-Unión Europea en Côte d’Ivoire. Ese encuentro insinuó un deshielo en las relaciones, aunque Sudáfrica ha reconocido durante mucho tiempo a la llamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Durante su presidencia (2009–2018), Zuma fue uno de los críticos más feroces de Marruecos en el tema del Sáhara. Sin embargo, su reciente declaración ha generado especulaciones sobre si Sudáfrica está reconsiderando su postura bajo crecientes presiones geopolíticas y económicas.
Perspectivas divergentes
Los analistas están divididos en su interpretación de la visita de Zuma. Algunos la ven como un movimiento estratégico de las fuerzas políticas sudafricanas para preparar un posible alineamiento con Marruecos respecto al Sáhara. Voces crecientes dentro del Congreso Nacional Africano (ANC) han pedido una postura más pragmática.
Otros interpretan las declaraciones de Zuma como meramente simbólicas, una maniobra diplomática que no representa un cambio de política oficial. Los críticos argumentan que el alineamiento de Pretoria con Argelia y sus intereses regionales dificultan un cambio significativo en el corto plazo.
Además, algunos escépticos ven las acciones de Zuma como oportunistas, alineadas con su controvertida reputación. Sin embargo, otros destacan el significado más amplio de la disminución de la unanimidad en la oposición sudafricana a las reivindicaciones de soberanía de Marruecos.
La influencia menguante de Sudáfrica
Los observadores señalan que la influencia de Sudáfrica en la geopolítica africana está disminuyendo. Una vez una autoridad moral inspirada en el legado de Nelson Mandela, Pretoria enfrenta ahora una menor relevancia en el escenario continental.
Durante su presidencia, Zuma respaldó iniciativas que antagonizaron a Marruecos, como el nombramiento de Joaquim Chissano como enviado especial de la Unión Africana para el Sáhara en 2014. Sin embargo, la postura ideológica rígida de Pretoria está cada vez más en desacuerdo con las prioridades cambiantes de África, que privilegian el desarrollo económico y la estabilidad regional.
Dinámicas regionales cambiantes
El panorama geopolítico está cambiando. Marruecos ha ganado un apoyo diplomático significativo para su plan de autonomía, con 118 países miembros de la ONU y 24 de los 27 países de la Unión Europea respaldando la iniciativa.
Sudáfrica, por su parte, enfrenta una creciente presión para reconsiderar su postura, ya que su solidaridad con Argelia y el Frente Polisario la aísla aún más.
Mirando hacia el futuro
Aunque la visita de Jacob Zuma a Rabat no simboliza un cambio de política inmediato, resalta las grietas en la postura rígida de Sudáfrica respecto al Sáhara. A medida que Marruecos sigue ganando terreno diplomático, Pretoria podría tener dificultades para justificar su oposición.
Un posible reajuste de su enfoque podría allanar el camino para una relación más constructiva con Marruecos, beneficiando a ambas naciones en un momento de desafíos y oportunidades compartidas.