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Una visión estratégica para África basada en la cooperación Sur-Sur
La visión estratégica impulsada por Su Majestad el Rey Mohammed VI ha transformado el papel de Marruecos en África mediante un modelo activo de cooperación Sur-Sur. Desde el inicio de su reinado, el Rey ha situado a África en el centro de la política exterior marroquí, promoviendo un enfoque integral basado en la historia compartida, los lazos culturales y religiosos, los intereses económicos y los desafíos geopolíticos.
Lejos de ser un discurso simbólico, esta política se ha concretado en proyectos reales y asociaciones multidimensionales con numerosos países africanos. Estas acciones abarcan sectores clave como infraestructura, agricultura, energías renovables, salud, formación, seguridad alimentaria y energética.
En el corazón de esta visión se encuentra una fuerte dimensión solidaria y humanitaria. El Rey Mohammed VI ha insistido en colocar la dignidad humana y el desarrollo compartido como prioridades, alejándose de toda lógica de hegemonía o explotación. Esta orientación ha reforzado la confianza en Marruecos como socio fiable en el contexto africano. El regreso de Marruecos a la Unión Africana en 2017 fue una de las expresiones más destacadas de esta visión, que el Rey consideró un paso necesario para profundizar en el compromiso institucional con los desafíos del continente y defender sus intereses desde dentro.
En el terreno práctico, Marruecos ha firmado cientos de acuerdos bilaterales y multilaterales y ha puesto en marcha proyectos estructurales de escala continental. Entre ellos destacan el gasoducto Nigeria-Marruecos, con un impacto transformador en el panorama energético de África Occidental, y la creación de plantas de fertilizantes en varios países. Asimismo, la Iniciativa Real para el Desarrollo de la Costa Atlántica africana representa un modelo innovador de integración regional Sur-Sur.
La dimensión espiritual y religiosa también es central en esta política, a través de la Fundación Mohammed VI de Ulemas Africanos, que busca consolidar una identidad islámica moderada y combatir el extremismo. Esto revela una conciencia estratégica de la necesidad de integrar la cultura y la religión en los procesos de desarrollo sostenible. Además, la participación de Marruecos en misiones de paz y en la formación de personal militar y de seguridad africano refuerza esta visión integral de la seguridad.
La apuesta del Rey por la cooperación Sur-Sur no responde a intereses coyunturales, sino a un proyecto civilizacional a largo plazo, basado en la convicción de que el desarrollo africano debe ser liderado por los propios africanos mediante alianzas equitativas que garanticen soberanía, dignidad e inversión en el capital humano. Esta visión considera a África no como un continente de problemas, sino como un continente de oportunidades, donde una Marruecos fuerte contribuye a la estabilidad regional y al fortalecimiento de su proyección internacional.