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Los Ríos de la Cuenca del Amazonas: Una Crisis Revelada por la Sequía

Ayer 17:23
Los Ríos de la Cuenca del Amazonas: Una Crisis Revelada por la Sequía

La cuenca del Amazonas, una región vital para la regulación climática global y la biodiversidad, enfrenta una crisis sin precedentes, ya que los niveles de agua en sus ríos han alcanzado mínimos históricos. El Servicio Geológico Brasileño (SGB) ha informado que la sequía en curso ha llevado a muchas de estas vías fluviales esenciales al límite, con graves consecuencias para el medio ambiente y las comunidades locales.

El río Madeira, un importante afluente, se ha reducido a tan solo 48 centímetros en la ciudad de Porto Velho, una caída drástica desde su promedio habitual de 3.32 metros. Este alarmante descenso no es un caso aislado; el río Solimões también ha alcanzado su nivel más bajo registrado en Tabatinga, una ciudad fronteriza con Colombia.

La agencia de monitoreo de desastres naturales de Brasil, Cemaden, ha caracterizado esta sequía como la más severa y extendida en sus registros. Lo que resulta particularmente preocupante es que esta crisis se ha intensificado temprano en la temporada seca del Amazonas, que generalmente abarca de junio a noviembre. Este comienzo temprano sugiere un período prolongado de sequía, con posibles implicaciones para el ecosistema único de la región y su papel en la lucha contra el cambio climático.

Los vínculos entre la sequía y el calentamiento global son complejos, pero el impacto del cambio climático en el Amazonas es cada vez más evidente. La región está experimentando menos lluvias durante su temporada seca a medida que los patrones climáticos cambian, y las temperaturas más altas están provocando un aumento en la evaporación de plantas y suelos, lo que agrava aún más las condiciones de sequía.

En 2023, la cuenca del Amazonas soportó su peor sequía en más de cuatro décadas, y los científicos atribuyen este evento extremo a la influencia del cambio climático. El fenómeno natural de El Niño también desempeñó un papel, contribuyendo a condiciones más cálidas y secas en el Amazonas. Aunque El Niño ha disminuido, la sequía persiste, destacando los efectos a largo plazo de estas variaciones climáticas.

La deforestación es otro factor crucial en la vulnerabilidad del Amazonas a la sequía. En los últimos 50 años, aproximadamente una quinta parte de la selva ha sido destruida, a menudo despejada para fines agrícolas. Estos árboles son fundamentales para mitigar la sequía, ya que liberan humedad al aire, lo que contribuye a aumentar las lluvias. Sin esta resiliencia natural, el Amazonas se vuelve más susceptible a los impactos del cambio climático.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha comprometido a detener la deforestación para 2030, pero la sequía actual, que ha facilitado la propagación de incendios, subraya los desafíos por delante. Los bajos niveles de agua en los principales ríos del Amazonas están afectando gravemente la vida de los residentes locales, que dependen de estas vías fluviales para la navegación y el transporte.

Hasta la semana pasada, Cemaden informó que más de 100 municipios no habían registrado lluvias en más de 150 días. Los residentes de Manacapuru, ubicada en las orillas del río Solimões, enfrentan dificultades para obtener suministros esenciales, como alimentos y agua potable. Pescadores como Josué Oliveira se han quedado varados, con sus botes incapaces de navegar por la tierra seca, lo que resalta la gravedad de la situación.

Esta crisis en la cuenca del Amazonas es un recordatorio contundente de la urgente necesidad de una acción global sobre el cambio climático y prácticas sostenibles de gestión de tierras. Las consecuencias de la inacción no solo son ambientales, sino que también tienen profundos impactos sociales y económicos en la región y su gente.


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