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Líderes de la IA divididos sobre el significado de la inteligencia general
El debate sobre la inteligencia artificial general (AGI) tomó un giro notable esta semana, cuando importantes figuras del sector tecnológico se enfrentaron públicamente sobre si este concepto realmente existe. Lo que antes era una discusión reservada a laboratorios y publicaciones académicas se convirtió en un intercambio abierto entre Demis Hassabis, director ejecutivo de Google DeepMind, y Yann LeCun, ex jefe de IA en Meta.
Durante una entrevista en un pódcast, LeCun afirmó que la idea de “inteligencia general” carece de fundamento. Según él, la inteligencia es por naturaleza especializada, incluso en los seres humanos, quienes destacan en tareas concretas más que en una capacidad universal. Calificó de engañoso el uso de “general” para describir la inteligencia, dado que la cognición humana depende del aprendizaje y de habilidades adaptadas a contextos particulares.
Hassabis respondió en X, indicando que LeCun “confunde inteligencia general con inteligencia universal”. Añadió que, si bien ningún sistema puede superar los límites computacionales, tanto el cerebro humano como los modelos avanzados de IA actúan como mecanismos de aprendizaje altamente adaptables. Ambos funcionan, dijo, como “máquinas de Turing aproximadas” capaces, en teoría, de resolver cualquier tarea computable con suficiente información, memoria y tiempo. Para ilustrar su punto, resaltó la capacidad humana de crear desde inventar el ajedrez hasta desarrollar aviones modernos como una muestra de razonamiento general, no de simple especialización.
El debate creció cuando otras figuras tecnológicas se sumaron a la discusión. Elon Musk apoyó públicamente a Hassabis, amplificando el intercambio en las redes sociales. Mientras tanto, las predicciones sobre cuándo podría surgir la AGI aumentaron la división. Hassabis ha calculado una probabilidad del cincuenta por ciento de alcanzarla dentro de cinco años. Sam Altman, de OpenAI, y Ben Mann, de Anthropic, comparten expectativas similares, anticipando logros antes de 2029. LeCun, en cambio, calificó tales pronósticos de “ilusorios”, advirtiendo que la cognición humana sigue siendo mucho más compleja de lo que los sistemas de IA actuales pueden reproducir.
Más allá de las diferencias personales, la controversia revela lo que está en juego al definir qué significa realmente AGI en términos científicos, económicos y éticos. Mientras las grandes empresas tecnológicas invierten miles de millones para alcanzarla, la falta de consenso sobre si la inteligencia general es siquiera posible muestra una disciplina que aún lucha por comprender los fundamentos filosóficos de su propio progreso.