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Las tensiones aumentan mientras Israel lanza ataques aéreos contra objetivos militares iraníes
En una significativa escalada de hostilidades, Israel ha ejecutado una serie de ataques aéreos contra instalaciones militares en Irán, marcando un momento crucial en el conflicto en curso entre ambas naciones. Esta operación, descrita por un alto funcionario estadounidense como "extensa" y "precisa," responde a un ataque de misiles lanzado por Irán el 1 de octubre, que incluyó aproximadamente 180 misiles balísticos dirigidos a territorios israelíes.
El ejército israelí confirmó la finalización de su asalto aéreo temprano el sábado, con ataques a instalaciones de producción de misiles y sistemas de defensa aérea en varias provincias, incluidas Teherán, Juzestán e Ilam. Los informes indican que los ataques se realizaron en tres oleadas distintas, con defensas aéreas iraníes reconociendo los ataques pero afirmando solo “daños limitados” a sus sitios militares.
Si bien Estados Unidos no participó en los ataques, desempeñó un papel de apoyo, aconsejando a Israel sobre cómo minimizar las bajas civiles. Un alto funcionario estadounidense enfatizó que la operación fue una respuesta medida de autodefensa, destinada a disuadir futuras agresiones iraníes y degradar sus capacidades militares.
Se anticipaban los ataques aéreos tras el ataque de misiles sin precedentes de Irán, supuestamente en apoyo de Hezbolá en medio de la escalada de tensiones después de la invasión terrestre de Israel y el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en julio. Aunque la mayoría de los misiles fueron interceptados, algunos lograron traspasar los avanzados sistemas de defensa aérea de Israel, subrayando el potencial de futuros conflictos.
Tras los ataques aéreos, los medios iraníes inicialmente minimizaron la gravedad de la situación, informando operaciones normales en el aeropuerto de Teherán y sin bajas inmediatas. Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron públicamente la operación, señalando un cambio de los enfrentamientos encubiertos entre los dos adversarios a una confrontación militar abierta.
Las FDI declararon: “En respuesta a meses de ataques continuos del régimen en Irán contra el estado de Israel, las Fuerzas de Defensa de Israel están realizando ataques precisos contra objetivos militares en Irán.” Esta declaración refleja la urgencia y seriedad del conflicto, ya que Israel busca proteger su soberanía en medio de amenazas continuas.
El contexto de esta acción militar incluye una serie de ataques contra Israel, incluido un asalto mortal de Hamás el 7 de octubre, que resultó en bajas significativas en Israel. En represalia, Israel ha intensificado sus operaciones militares en Gaza, lo que ha llevado a una crisis humanitaria y ha complicado aún más el panorama regional.
A medida que aumentan las tensiones, el presidente de EE.UU., Joe Biden, ha advertido contra atacar instalaciones nucleares o petroleras iraníes para evitar que el conflicto escale a una guerra de mayor alcance. La posibilidad de errores de cálculo sigue siendo alta, con ambas naciones en tensión y Estados Unidos evitando verse arrastrado a un conflicto total que podría perturbar los mercados petroleros mundiales.
Irán ha emitido advertencias severas respecto a sus capacidades de defensa, afirmando que responderá a cualquier amenaza percibida. Sin embargo, algunos funcionarios iraníes han sugerido que un ataque limitado de Israel podría no provocar una mayor represalia, lo que indica un equilibrio de poder complejo y precario en la región.
A medida que la situación se desarrolla, la comunidad internacional observa de cerca, consciente de que las ramificaciones de este conflicto se extienden más allá de las fronteras de Israel e Irán, impactando potencialmente la estabilidad en todo el Medio Oriente.