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La polarización aumenta mientras un partido anti-Islámico redefine la política catalana
Un pequeño pueblo catalán se ha convertido en el epicentro de tensiones políticas mientras su alcaldesa, Silvia Orriols, lidera un partido ultra-nacionalista y anti-Islámico que está ganando influencia en la región. El partido, Aliança Catalana, está transformando el panorama político y generando debates sobre inmigración, identidad y convivencia.
Un ascenso controvertido al poder
Silvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, un pueblo de 10,700 habitantes al norte de Cataluña, ha atraído la atención nacional por su postura abierta contra el Islam y la inmigración. Antes empleada administrativa, Orriols ingresó en la política tras los atentados yihadistas de 2017 en Barcelona y Cambrils, vinculados a jóvenes de Ripoll.
Fundado en 2023, su partido Aliança Catalana ha crecido rápidamente. Después de ganar la alcaldía de Ripoll en las elecciones municipales, el partido ingresó al parlamento regional catalán con dos escaños, siguiendo una tendencia de éxitos de la extrema derecha en Europa.
"Soy islamófoba en el sentido de que el avance del Islam en nuestro continente me asusta, y estoy aquí para intentar detenerlo", declaró Orriols desde su oficina, describiendo su partido como nacionalista catalán, pero ajeno a la izquierda o la derecha.
Tensiones en un pueblo marcado por los ataques
Ripoll, conocido internacionalmente tras los ataques de 2017 que dejaron 16 muertos, sigue profundamente afectado. El pueblo alberga a una significativa comunidad marroquí que representa alrededor del 8% de su población.
Las políticas y el discurso de Orriols han profundizado las divisiones, y sus críticos la acusan de discriminar a los inmigrantes. Ha sido acusada de dificultar el acceso a servicios esenciales al restringir el registro municipal a extranjeros y prohibir exhibiciones públicas de símbolos islámicos.
"Se ha roto la convivencia, la gente tiene miedo", dijo Carme Brugarola, una activista y profesora multicutural, multada por reinstalar un cartel prohibido con una mujer con velo.
El cierre reciente de un café marroquí por supuestas infracciones también generó controversia. "Es mentira", respondió Mohamed Srhiri, residente marroquí, argumentando que la comunidad está pagando injustamente por los atentados de 2017.
Una fuerza política en crecimiento
El mensaje de Aliança Catalana resuena en algunos sectores de Cataluña, una región con un 18% de población extranjera. La combinación de nacionalismo extremo y retórica antiinmigración ha captado la atención de votantes desilusionados con los partidos separatistas tradicionales.
Steven Forti, historiador en la Universidad Autónoma de Barcelona, advirtió que el crecimiento del partido refleja un cambio en la dinámica política catalana. Aunque aún es una fuerza minoritaria, su impacto no debe subestimarse.
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