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El ascenso y caída de Kamala Harris: Una crónica de campaña
En una campaña que muchos creían podría remodelar el futuro de la democracia estadounidense, la candidatura presidencial de Kamala Harris estuvo marcada tanto por la promesa como por la decepción. Su trayectoria, que comenzó con un sorprendente respaldo y terminó en una derrota impactante, encapsuló el turbulento panorama de la política estadounidense en 2024.
La campaña de Harris encendió la esperanza entre los partidarios que la veían como un faro frente al telón de fondo de una América liderada por Trump. Sin embargo, el optimismo se desvaneció rápidamente tras la victoria de Donald Trump, lo que apagó las aspiraciones de quienes creían en el regreso a un clima político más estable.
La trayectoria de la campaña cambió drásticamente cuando Joe Biden, enfrentando una creciente presión tras un desempeño poco destacado en el debate, se retiró de la contienda. Su respaldo inmediato a Harris apagó las especulaciones sobre una mini primaria, permitiendo que el Partido Demócrata se uniera a su candidatura.
Un tema inesperado surgió temprano en la campaña, impulsado por el tuit de la estrella pop británica Charli XCX, que calificó a Harris de "mimada". Esta caracterización juguetona resonó con una audiencia más joven, infundiendo a la campaña un sentido de humor y cercanía. Sin embargo, a medida que la campaña se intensificaba, la ligereza dio paso a las duras realidades de la política electoral.
La Convención Nacional Demócrata, inicialmente prevista para Biden, se transformó en una celebración de la candidatura de Harris. El ambiente estuvo cargado de entusiasmo, mientras los delegados abrazaban la posibilidad de una cara nueva en una carrera dominada por políticos experimentados. Este aumento de apoyo impulsó los números de Harris en las encuestas, posicionándola como una contendiente formidable.
Un momento clave llegó durante un debate con Trump, donde Harris demostró sus habilidades de fiscal. Su postura y actitud combativa sorprendieron a Trump, lo que dio lugar a un intercambio memorable que consolidó su estatus como una candidata fuerte. El debate marcó un punto de inflexión, ya que la confianza de Harris se disparó y emergió victoriosa, lo que llevó a Trump a rechazar un segundo enfrentamiento.
A pesar de sus estrechos lazos con Biden, la campaña de Harris mantuvo una distancia estratégica de la administración actual. Si bien respetaba a Biden, la campaña intentó evitar los posibles escollos asociados con su presidencia. Esta decisión resultó acertada, especialmente después de los comentarios controvertidos de Biden durante un mitin que alienaron involuntariamente a algunos votantes.
La selección de la gobernadora de Minnesota, Tim Walz, como su compañera de fórmula generó inicialmente entusiasmo, especialmente entre los partidarios progresistas. Sin embargo, a medida que avanzaba la campaña, la visibilidad de Walz disminuyó, y su desempeño en un debate clave suscitó dudas sobre su efectividad como sustituto.
En un intento por atraer a los republicanos moderados, la campaña de Harris adoptó una estrategia de acercamiento, asociándose notablemente con la excongresista Liz Cheney. Este enfoque tenía como objetivo apelar a los votantes desilusionados con Trump, en contraste con el estilo más libre y desinhibido de la campaña al principio.
Reconociendo la importancia de los derechos de las mujeres, particularmente a raíz de la decisión de la Corte Suprema de anular Roe v. Wade, la campaña de Harris se centró en el voto femenino. La estrategia pareció tener éxito, ya que la participación de las mujeres aumentó en los últimos días, con muchas expresando su apoyo a la candidatura de Harris.
Un momento definitorio de la campaña ocurrió durante un discurso en el Ellipse en Washington, D.C., donde Harris subrayó la amenaza existencial que Trump representaba para la democracia estadounidense. El evento atrajo a más de 75,000 personas, mientras ella instaba a los votantes a rechazar las tendencias autocráticas y proteger los valores democráticos.
En un último intento por conectar con los votantes, Harris hizo una aparición sorpresa en "Saturday Night Live", abrazando su personaje de "guerrera alegre". El skit, que presentó un intercambio cómico con Maya Rudolph, tenía como objetivo revitalizar el espíritu de su campaña en los últimos días.
Finalmente, la campaña de Harris, llena de altibajos, concluyó con la victoria de Trump, dejando a los seguidores lidiando con una sensación de pérdida. A medida que la nación enfrenta un nuevo capítulo bajo el liderazgo de Trump, las implicaciones para temas como los derechos reproductivos y la inmigración se hacen sentir con fuerza, lo que provoca un llamado a la resiliencia y la determinación entre aquellos que buscan mantener los ideales democráticos.