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Drones ucranianos atacan complejo químico e instalaciones energéticas en territorio ruso
Ucrania lanzó una oleada de ataques con drones que penetraron profundamente en territorio ruso, golpeando instalaciones energéticas e industriales y provocando amplios cortes de electricidad en varias regiones. Los incidentes representan una de las operaciones más audaces de Ucrania contra infraestructuras estratégicas dentro de Rusia, mientras ambos países intensifican sus campañas recíprocas con drones.
Varias autoridades regionales rusas informaron de explosiones e incendios durante la noche que afectaron a lugares clave. En la región de Orel, un ataque con drones dañó presuntamente la principal planta termoeléctrica de la ciudad, que suministra electricidad y calefacción a cientos de miles de habitantes. El corte interrumpió los servicios públicos, obligando a las escuelas del distrito Sovetsky a impartir clases en línea hasta que se restablecieran el suministro y la calefacción.
Más al sur, en la región de Rostov, las autoridades locales confirmaron que una instalación energética resultó alcanzada y una línea de alta tensión fue dañada, dejando sin electricidad a zonas residenciales e industriales. Los servicios de emergencia fueron desplegados para extinguir incendios causados por las explosiones, y dos localidades rurales cercanas también sufrieron interrupciones.
En la región de Samara, los ataques se dirigieron contra instalaciones industriales en Tolyatti y Novokuibyshevsk. Informes no verificados difundidos en redes sociales rusas indicaron que la planta de amoníaco TogliattiAzot uno de los mayores productores mundiales de fertilizantes—podría haber sido una de las afectadas. Imágenes compartidas por residentes locales mostraban llamas saliendo del complejo, aunque las autoridades regionales evitaron confirmar la magnitud de los daños.
El ministerio de defensa ruso afirmó que sus defensas aéreas interceptaron casi un centenar de drones ucranianos en varias regiones, aunque múltiples instalaciones resultaron dañadas. También informó haber detectado drones sobre los mares Caspio y de Azov, reflejando el creciente alcance y frecuencia de estas operaciones.
Los ataques coincidieron con una ofensiva rusa de drones sobre territorio ucraniano. Fuentes de la fuerza aérea ucraniana señalaron que Rusia lanzó unas 160 aeronaves no tripuladas durante la noche, la mayoría dirigidas contra las regiones del sur y del este. Las defensas antiaéreas derribaron más de un centenar, pero varios drones lograron alcanzar infraestructuras energéticas en Odesa, dejando partes de la ciudad sin electricidad, agua ni calefacción. En el distrito de Kupiansk, en Járkov, una bomba guiada mató a una persona e hirió a varias más, según las autoridades locales.
El creciente ciclo de ataques con drones subraya cómo los sistemas energéticos se han convertido en un punto central en las estrategias de ambos países conforme avanza el invierno. Los analistas señalan que estas campañas buscan socavar la resiliencia de cada nación y poner a prueba los límites de redes de defensa aérea que ya operan de forma casi constante.
Para los responsables políticos y analistas de defensa, los ataques demuestran tanto la creciente capacidad técnica de Ucrania para atacar en profundidad en territorio ruso como la dependencia de Rusia de su infraestructura energética en zonas disputadas. Sin señales de una posible reducción de las hostilidades, la guerra de drones se consolida rápidamente como una característica definitoria de la próxima fase del conflicto.