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El creciente sentimiento de traición en Canadá ante las tensiones comerciales con EE.UU.
Tras las declaraciones de guerra comercial del presidente de EE.UU., Donald Trump, y las amenazas de anexar a Canadá como el estado número 51, los canadienses enfrentan un profundo sentimiento de traición. Conocida por su duradera y amistosa alianza, basada en la geografía, la historia y los intereses compartidos, las relaciones entre ambos países están ahora bajo presión.
Las amenazas continuas de Trump sobre la soberanía de Canadá y sus propuestas de imponer aranceles del 25% a los productos canadienses han dejado a muchos canadienses cuestionando el futuro de su relación con EE.UU. A pesar de los esfuerzos del primer ministro Justin Trudeau para retrasar los aranceles durante 30 días, los canadienses se sienten profundamente incómodos. En foros públicos, como los juegos de la Liga Nacional de Hockey, se observa el descontento, con los aficionados canadienses abucheando el himno nacional estadounidense. Trudeau reconoció este sentimiento de traición, recordando el apoyo de Canadá a EE.UU. en momentos de crisis, como en Afganistán y tras el Huracán Katrina.
Muchos expertos, como Robert Bothwell de la Universidad de Toronto, advierten que el daño a las relaciones entre Canadá y EE.UU. podría tener efectos duraderos. Los lazos económicos y culturales entre ambos países son sin precedentes, con bienes y servicios por un valor cercano a los 3.6 mil millones de dólares canadienses cruzando la frontera diariamente. A pesar de estas fuertes conexiones, los comentarios de Trump, incluida la sugerencia de que Canadá podría convertirse en el estado número 51, han dejado a los canadienses sintiéndose ignorados.
La situación incluso ha provocado un cambio en el comportamiento de los consumidores, con algunos canadienses optando por productos fabricados localmente en lugar de productos estadounidenses. Líderes políticos como Doug Ford también han expresado su frustración, subrayando que los estadounidenses no han expresado preocupaciones similares sobre Canadá. Expertos como Daniel Beland de la Universidad McGill sugieren que las tensiones actuales son de las más dañinas desde la formación de Canadá en 1867, ya que los comentarios de Trump socavan la soberanía canadiense.
Mientras Trudeau mantiene la esperanza de una resolución, los canadienses ya se están preparando para tomar medidas de represalia, incluidos aranceles a las importaciones estadounidenses. La situación sigue siendo tensa mientras ambas partes negocian, pero el sentimiento de traición en Canadá podría tener implicaciones duraderas para las relaciones entre EE.UU. y Canadá.