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El Supremo de EE. UU. respalda la política de Trump sobre deportaciones a terceros países
Un dividido Tribunal Supremo de Estados Unidos ha autorizado a la administración de Donald Trump a reanudar las deportaciones de migrantes indocumentados a terceros países, aunque estos no sean sus lugares de origen. La decisión se produjo tras la solicitud urgente del Departamento de Justicia para suspender la orden de un tribunal inferior que había bloqueado dicha práctica.
El máximo tribunal, de mayoría conservadora, no ofreció explicaciones para su decisión. Tres jueces liberales expresaron su desacuerdo. El caso continuará su curso en una corte de apelaciones, pero la decisión permite que las expulsiones sigan adelante mientras tanto.
El juez de distrito Brian Murphy había suspendido estas deportaciones en abril, señalando que los migrantes no tenían una oportunidad real de impugnar su expulsión. Según Murphy, deberían contar con al menos 15 días para aportar pruebas de que podrían enfrentar tortura o muerte en el país de destino.
El caso se centra en ocho hombres procedentes de Myanmar, Cuba, Vietnam, Laos, México y Sudán del Sur, todos ellos condenados por delitos violentos en Estados Unidos. Estaban siendo trasladados a Sudán del Sur cuando se emitió la orden judicial y desde entonces se encuentran retenidos en una base militar estadounidense en Yibuti.
La administración Trump defiende esta política argumentando que es necesaria, sobre todo cuando los países de origen se niegan a recibir a sus ciudadanos deportados.
La jueza Sonia Sotomayor, en su voto disidente, calificó las acciones del gobierno de "flagrantemente ilegales" y advirtió que exponen a miles de personas al riesgo de tortura o muerte. Acusó a la administración de actuar sin respetar los límites legales ni los derechos al debido proceso.
El Departamento de Seguridad Nacional celebró la decisión del Supremo como una victoria para la seguridad del país, argumentando que la anulación de la medida permitiría la permanencia en Estados Unidos de criminales peligrosos.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Donald Trump ha impulsado políticas de deportación masiva, aunque muchas han sido bloqueadas por tribunales, incluido el Supremo. El juez Murphy, designado por el expresidente Joe Biden, también suspendió temporalmente las deportaciones de migrantes asiáticos a Libia, lo que refleja la continua resistencia judicial a ciertas iniciativas de la administración.