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Albanese asegura una victoria histórica en las elecciones, impulsado por las preocupaciones de los votantes sobre Trump
Anthony Albanese de Australia ha logrado un notable segundo mandato como primer ministro, superando un desafío conservador que había sido dominante, en unas elecciones fuertemente influenciadas por las preocupaciones de los votantes sobre el impacto del presidente de EE. UU., Donald Trump. La victoria del Partido Laborista, descrita como un momento clave en la política australiana, se consolidó cuando el líder de la oposición, Peter Dutton, concedió la derrota y perdió su propio escaño parlamentario.
En una escena llena de júbilo, los partidarios celebraron en el evento de la noche electoral del Laborismo en Sídney, donde Albanese declaró que su partido formaría un gobierno mayoritario. "Nuestro gobierno elegirá el camino australiano, porque estamos orgullosos de quiénes somos y de todo lo que hemos construido juntos en este país", proclamó. Enfatizó que los valores y la gente de Australia guiarían a la nación, en lugar de buscar inspiración en el extranjero.
La victoria de Albanese marca la primera vez en dos décadas que un primer ministro australiano asegura mandatos consecutivos. Expresó que los votantes habían demostrado un deseo de equidad y resiliencia en tiempos difíciles, junto con compasión por los necesitados.
La Comisión Electoral Australiana indicó que se proyecta que el Laborismo asegurará 81 de los 150 escaños en la Cámara de Representantes, aumentando significativamente su mayoría parlamentaria. Dutton, quien había liderado las encuestas de opinión a principios de este año, reconoció las deficiencias de su campaña y asumió la responsabilidad total por la pérdida en un discurso televisado. Felicitó a su oponente, indicando un compromiso para reconstruir la imagen del partido en el futuro.
A medida que se desarrollaban las elecciones, las preocupaciones sobre el aumento del costo de vida y la volatilidad de las políticas de Trump surgieron como temas centrales para los votantes. La senadora liberal Jacinta Price señaló el impacto perjudicial de las comparaciones con Trump en su campaña, afirmando: "Si lanzas suficiente barro, se quedará". El mismo Dutton había enfrentado desafíos tras trazar paralelismos entre la plataforma de su partido y la retórica de Trump.
El tesorero laborista, Jim Chalmers, comentó sobre la recuperación del partido, señalando que a pesar de las luchas previas, la convincente campaña de Albanese y las políticas que abordan las preocupaciones económicas habían revitalizado sus perspectivas. Chalmers aclamó la victoria proyectada como "una victoria para la historia", acreditando a Albanese con uno de los regresos políticos más significativos en la historia de Australia.
A medida que continuaban llegando los resultados, el ambiente entre los partidarios del Laborismo era de incredulidad y alegría, marcando un momento transformador en el panorama político de la nación.
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