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La histórica visita del Papa Francisco a Córcega Una reflexión sobre la fe y la crisis en el Mediterráneo

La histórica visita del Papa Francisco a Córcega Una reflexión sobre la fe y la crisis en el Mediterráneo
Domingo 15 - 15:11
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El Papa Francisco realizó una significativa visita de un día a la isla francesa de Córcega el 10 de diciembre de 2023, a solo días de su 88 cumpleaños. Esta visita, que marcó el primer viaje papal a la isla, se centró en dos temas clave: las fuertes tradiciones religiosas locales y los desafíos que enfrenta el Mediterráneo, en particular la crisis migratoria y los conflictos regionales.

Córcega, que forma parte de Francia desde 1768, está más cerca de la península italiana que de Francia, y destaca en un país secularizado por su profunda fe católica. La isla alberga 92 confraternidades, o asociaciones laicas, dedicadas a la caridad y la piedad, con más de 4,000 miembros. Este sentido de responsabilidad espiritual fue evidente a lo largo de la visita, ya que el Papa Francisco elogió la colaboración armoniosa entre las autoridades religiosas y civiles de Córcega.

Durante su visita, que duró solo unas nueve horas, el Papa Francisco se centró en las ricas tradiciones religiosas de la región, especialmente en la veneración de la Virgen María, conocida localmente como la Madunnuccia. Esta devoción es particularmente significativa para los corsos, ya que se cree que la Virgen protegió a la isla de la peste en 1656, cuando Córcega aún estaba bajo dominio de Génova. El discurso del Papa a más de 400 participantes en la Conferencia sobre Religiosidad Popular en el Mediterráneo destacó estas tradiciones, subrayando el importante papel de la fe para superar la adversidad.

La visita también puso de relieve los problemas humanitarios que afectan al Mediterráneo. El Papa Francisco ha hablado en varias ocasiones sobre la crisis migratoria, que él denomina como la que ha convertido al Mediterráneo en "el cementerio más grande de Europa". En su discurso, reconoció las difíciles situaciones y conflictos que afectan a la región, haciendo un llamado a la compasión y la solidaridad para abordar el sufrimiento de los migrantes.

El programa del Papa incluyó una visita a la Catedral de Santa María Assunta en Ajaccio, donde se reunió con el clero y se detuvo en la estatua de la Madunnuccia. Luego, celebró la Misa en el parque Place d'Austerlitz, donde se dice que Napoleón Bonaparte jugaba cuando era niño. Miles de fieles se reunieron para unirse a la celebración, lo que subraya las profundas raíces religiosas de la isla.

Un aspecto notable de la visita del Papa Francisco fue su decisión de no asistir a la reciente reapertura grandiosa de la Catedral de Notre-Dame en París, eligiendo en su lugar centrarse en la visita más íntima y espiritualmente significativa a Córcega. Esto refleja su compromiso constante con la "iglesia de las periferias", priorizando visitas a lugares a menudo ignorados por los eventos tradicionales de estado.

Córcega también es hogar de un prominente movimiento nacionalista, y la isla ha sido escenario de violencia pro-independencia. El año pasado, el presidente francés Emmanuel Macron propuso concederle a Córcega una autonomía limitada, una sugerencia que ha generado tanto apoyo como oposición. La visita del Papa Francisco llega en un momento de tensión política, pero su enfoque permaneció firmemente en los aspectos espirituales y humanitarios de los desafíos de la isla.

Esta breve pero impactante visita subraya el compromiso continuo del Papa Francisco con la fe y la crisis, recordando al mundo las luchas constantes en el Mediterráneo mientras celebra la resiliencia de las tradiciones religiosas locales. Su viaje a Córcega fue un recordatorio conmovedor de la importancia de la solidaridad y la compasión en un mundo cada vez más dividido.


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