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Macron reconoce la guerra y la violencia francesas en Camerún durante la descolonización
El presidente francés Emmanuel Macron reconoció oficialmente que Francia libró una “guerra” en Camerún contra movimientos insurgentes antes y después de la independencia del país en 1960. El uso de la palabra “guerra”, hasta ahora ausente de los discursos oficiales, marca un paso importante en la voluntad de Macron de aportar más transparencia sobre el pasado colonial francés.
En una carta dirigida a su homólogo camerunés Paul Biya, divulgada el martes, Macron asumió la responsabilidad de Francia en esos acontecimientos. Respaldó las conclusiones de un informe de historiadores entregado a comienzos de año, que determinó que las autoridades coloniales y el ejército francés ejercieron múltiples formas de violencia represiva durante el conflicto.
El informe señala que los combates, concentrados en el sur y el oeste de Camerún entre 1956 y 1961, causaron “decenas de miles de víctimas”. También subraya que la independencia de enero de 1960 no representó una ruptura clara con la etapa colonial, ya que Francia continuó apoyando el régimen autoritario de Ahmadou Ahidjo, quien gobernó con el respaldo de consejeros y administradores franceses.
Macron insistió en que la guerra se prolongó más allá de la independencia, con Francia apoyando operaciones de las autoridades camerunesas. Asimismo, se comprometió a facilitar el acceso a los archivos franceses y a impulsar la creación de un grupo de trabajo conjunto para proseguir las investigaciones históricas. El mandatario citó episodios específicos como la masacre de Ekité en diciembre de 1956 y la muerte de líderes independentistas como Ruben Um Nyobè.
Este reconocimiento se suma a las iniciativas de Macron sobre el papel de Francia en Ruanda y Argelia, dentro de una política de memoria más amplia. Aunque ha evitado presentar disculpas formales, subrayó la necesidad de un trabajo de memoria para reforzar las relaciones entre Francia y Camerún, en particular entre las sociedades civiles y las nuevas generaciones.
El anuncio se produce en un momento sensible, ya que el presidente Paul Biya, en el poder desde 1982, ha confirmado su candidatura a un octavo mandato en las elecciones de octubre de 2025, en un contexto de tensiones políticas crecientes.
