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Descenso de la Clase Media Desafíos Económicos en Indonesia
En Medan, Sumatra del Norte, Indonesia, Halimah Nasution disfrutaba de una vida cómoda junto a su esposo, Agus Saputra. Su negocio de alquiler de suministros para bodas, graduaciones y cumpleaños les generaba un ingreso mensual estable de aproximadamente 30 millones de rupias (1,917 USD), colocándolos en el nivel superior de la clase media en Indonesia. Este grupo se define oficialmente por gastos mensuales entre dos millones de rupias (127 USD) y 9.9 millones de rupias (638 USD).
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 transformó sus vidas drásticamente. Con las restricciones para reuniones públicas, el negocio de la pareja colapsó. “Lo perdimos todo”, recuerda Nasution. Años después, siguen luchando por recuperarse, sumándose a los millones de indonesios que han caído fuera de la clase media.
Según el Buró Central de Estadísticas, la población clasificada como clase media en Indonesia disminuyó de 57.3 millones en 2019 a 47.8 millones en 2023. Por otro lado, los pertenecientes a la "clase media aspirante" aumentaron de 128.85 millones a 137.5 millones, lo que resalta la vulnerabilidad de este grupo socioeconómico. En conjunto, ambas categorías representan aproximadamente dos tercios de los 277 millones de habitantes del país.
Los economistas atribuyen este descenso a los impactos prolongados de la pandemia y a deficiencias en las redes de protección social. Ega Kurnia Yazid, experto en políticas del Equipo Nacional para la Aceleración de la Reducción de la Pobreza, señaló que la clase media en Indonesia contribuye significativamente a los ingresos fiscales pero recibe poca asistencia social. Gran parte de la ayuda se distribuye a través de mecanismos formales, como la seguridad laboral y el seguro de salud, dejando desprotegidos a muchos trabajadores de esta clase.
La experiencia de Nasution refleja estas carencias sistémicas. Durante la pandemia, sus dificultades financieras encontraron poca respuesta gubernamental. “Solo recibimos una pequeña cantidad de la oficina local de la aldea—300,000 rupias [19 USD] al mes—para comprar alimentos”, relató.
A pesar de la recuperación económica constante de Indonesia, con un crecimiento anual del PIB cercano al 5 %, los desafíos persisten. La dependencia del país en el comercio lo hace vulnerable a desaceleraciones económicas globales. La disminución de la demanda por parte de socios comerciales clave, como Estados Unidos, China y Japón, ha afectado las exportaciones indonesias, añadiendo presión sobre la clase media ya debilitada.
La situación de personas como Nasution subraya la necesidad de políticas sociales integrales que protejan a los grupos vulnerables y garanticen un crecimiento inclusivo frente a los desafíos económicos.
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