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Cambio ideológico en Argelia: una feroz crítica a Washington
En un movimiento que subraya la dirección ideológica y política del régimen argelino, el periodista Abdelhamid Othmani—conocido por sus estrechos lazos con los círculos de toma de decisiones de El Mouradia y sus conexiones con Boualem Boualem, el arquitecto de la política exterior e interior de Argelia—ha publicado un extenso artículo en el periódico gubernamental Echorouk.
Este texto trasciende la opinión periodística convencional, alineándose perfectamente con el clima político actual en Argelia. Othmani adopta un tono vehemente e incendiario, atacando abiertamente a Estados Unidos, al que califica como el "mayor estado villano de la historia contemporánea". Hace un llamado a la resistencia contra la influencia estadounidense y a confrontar su dominio global.
Notablemente, Othmani incluso aboga por levantamientos populares contra las embajadas estadounidenses, utilizando una retórica de rara intensidad, particularmente en el panorama mediático pro-gubernamental argelino. Este cambio en el discurso significa una nueva dirección en la política exterior argelina, alejándose de la neutralidad diplomática hacia una postura de "resistencia". Simbólicamente, Argelia se alinea con las narrativas de Teherán y Moscú, posicionándose contra la hegemonía occidental, específicamente contra Washington.
El contexto regional, marcado por la guerra en curso en Gaza, amplifica la importancia de este mensaje. Argelia apoya abiertamente a Hamas, responsabilizando a Washington por su cobertura mediática de las atrocidades cometidas contra los palestinos. En su artículo, Othmani no solo condena el imperialismo estadounidense, sino que también presenta a EE. UU. como el arquitecto de guerras, golpes de estado y caos en todo el mundo—desde Afganistán e Irak hasta Palestina y América Latina—acusándolo de fomentar el terrorismo en busca de intereses estratégicos.
Este tono decididamente hostil refleja una profunda evolución en la política exterior argelina observada en los últimos años. Argelia se distancia gradualmente de las capitales occidentales para fomentar lazos más cercanos con Irán y China. Artículos como el de Othmani, escritos por plumas cercanas al régimen, buscan preparar a la opinión pública para este cambio y legitimarlo al enmarcar a EE. UU. como un enemigo absoluto desprovisto de legitimidad.
Al adoptar sin reservas los códigos del discurso iraní y llamar a un orden mundial multipolar, Othmani se revela más como un portavoz de las directrices del régimen argelino que como un periodista independiente. El momento de esta publicación, meses después de la agresión en Gaza y en medio de crecientes críticas a Washington, no es una coincidencia. Refleja un deseo de aprovechar las dimensiones humanitarias del conflicto para avanzar un agenda política que rompe con Occidente, en línea con las ambiciones del régimen argelino de reposicionarse dentro de nuevas alianzas geopolíticas.
Así, el artículo de Othmani, con su contenido ideológico y explícita hostilidad hacia Estados Unidos, sirve como una vitrina mediática de una línea política no declarada pero presente en las altas esferas del poder argelino. Cuando un periodista tan cercano a la presidencia se expresa con tal claridad, el mensaje trasciende la opinión personal; se trata de una declaración implícita que traduce las orientaciones del Estado y revela sus aspiraciones futuras en un paisaje global de poder en rápida transformación.
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