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Los Ambiciosos Planes de Arabia Saudita en Energía Nuclear
Arabia Saudita comenzará a enriquecer y vender uranio como parte de una estrategia más amplia para capitalizar sus recursos minerales, según el Ministerio de Energía. El ministro de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman Al Saud, compartió estos planes durante una conferencia en Dhahran, destacando que el reino enriquecerá uranio y producirá "yellowcake," un concentrado en polvo utilizado para preparar combustible para reactores nucleares.
A medida que Arabia Saudita inicia su emergente programa nuclear, su objetivo es diversificar su portafolio energético. Sin embargo, la inclusión del enriquecimiento de uranio genera preocupaciones debido a sus posibles vínculos con el desarrollo de armas nucleares. A pesar de estas preocupaciones, Riad mantiene que su enfoque está en la energía nuclear con fines pacíficos.
Las ambiciones nucleares del reino han generado especulaciones regionales. En 2018, el príncipe heredero Mohammed bin Salman declaró que Arabia Saudita desarrollaría armas nucleares si Irán lo hacía. Esta declaración fue reafirmada en 2020. Además, Arabia Saudita anunció planes de retirarse de la supervisión internacional de sus instalaciones nucleares para 2024, eligiendo implementar sus propias medidas de seguridad.
Arabia Saudita aún no ha activado su primer reactor nuclear, lo que permite que su programa nuclear sea monitoreado bajo el Protocolo de Pequeñas Cantidades (SQP), un acuerdo especial con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para países con actividades nucleares mínimas.
En comparación, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) operan la primera planta nuclear de unidades múltiples del mundo árabe, pero se han comprometido a no enriquecer uranio ni reprocesar combustible gastado, diferenciándose del enfoque de Arabia Saudita.
Mientras tanto, las discusiones sobre el programa nuclear de Irán continúan. Irán y las potencias europeas mantuvieron recientemente conversaciones para abordar las preocupaciones sobre las ambiciones nucleares de Teherán, especialmente mientras el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para asumir el cargo. El regreso de Trump a la Casa Blanca podría remodelar el panorama de la diplomacia nuclear internacional, especialmente con respecto al acuerdo nuclear con Irán.