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Marruecos se Prepara para una Onda de Calor Abrasadora en Medio de una Crisis de Agua Inminente

Lunes 06 Mayo 2024 - 08:15
Marruecos se Prepara para una Onda de Calor Abrasadora en Medio de una Crisis de Agua Inminente

En un marcado contraste con el reciente diluvio que inundó partes del norte de Marruecos, la nación ahora enfrenta una grave crisis de agua mientras una onda de calor inminente amenaza con agravar una situación ya precaria. La Dirección General de Meteorología (DGM) ha emitido una alerta naranja, advirtiendo de temperaturas que oscilarán entre 40 y 44 grados Celsius en varias provincias, incluyendo Assa-Zag, Es-Semara, Boujdour, Oued Ed-Dahab y Aousserd, desde el martes hasta el viernes.

Este pronóstico abrasador llega cuando Marruecos está experimentando su sexto año consecutivo de sequía, que ha tensionado los recursos hídricos y ha tenido un impacto grave en el sector agrícola, que depende de la lluvia. Aunque las recientes lluvias ofrecieron un alivio temporal al reponer algunas represas y calmar tierras secas, el panorama general sigue siendo desalentador, con niveles de precipitación un 27% por debajo del promedio de las últimas tres décadas, un recordatorio de los patrones climáticos erráticos que se están volviendo cada vez más frecuentes.

El ministro de Agricultura, Mohamed Sadiki, presentó una imagen preocupante al revelar que las precipitaciones aumentaron solo un 9% en 2024, alcanzando apenas 224 milímetros en los primeros cuatro meses del año. A pesar de este pequeño aumento, la capacidad total de los embalses para uso agrícola sigue siendo preocupante con un 31%, una disminución del 32% del año anterior, lo que subraya la gravedad de la sequía actual.

El déficit de lluvias también ha afectado a los productores de cereales, obligándolos a reducir sus estimaciones de producción, una señal inquietante para una nación donde los cereales son un alimento básico de la dieta marroquí. A medida que aumenta la dependencia de las importaciones, el equilibrio comercial del país se vuelve cada vez más inestable, destacando las consecuencias de largo alcance de esta sequía implacable.

Las proyecciones indican que la cosecha de trigo de este año no alcanzará los 4 millones de toneladas del año anterior, y se espera que la cosecha total de cereales esté significativamente por debajo de los 7.5 millones de toneladas presupuestados por el gobierno. Este déficit plantea el espectro de la inseguridad alimentaria. Los efectos secundarios de esta crisis ya se sienten, con pérdidas de empleos agrícolas que contribuyen a una tasa de desempleo del 13% en 2023, lo que enfatiza la relación inextricable entre la resiliencia ambiental y la estabilidad económica.

A medida que Marruecos se prepara para la onda de calor, la nación se encuentra en una encrucijada, enfrentando los desafíos gemelos de la escasez de agua y el cambio climático. Abordar estos problemas requiere un compromiso constante con soluciones sostenibles y medidas proactivas para fortalecer el sector agrícola contra la implacable embestida de la furia de la naturaleza.


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