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Likes for Troubles: Marruecos Combate el Comportamiento Inapropiado en Línea

Likes for Troubles: Marruecos Combate el Comportamiento Inapropiado en Línea
08:45
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Un creciente escrutinio legal del contenido en línea en Marruecos lleva a los jueces a imponer sentencias severas para establecer precedentes.

Ilyas El Maliki, un conocido streamer marroquí, se encontró en problemas esta semana. El martes por la noche, un tribunal en El Jadida lo condenó a cuatro meses de prisión y a una multa de 5,000 MAD ($500) por indecencia pública.

Inicialmente, también fue acusado de incitar al odio y la discriminación hacia los grupos amazigh debido a comentarios públicos recientes que fueron considerados irrespetuosos. Sin embargo, las denuncias fueron retiradas.

Dentro del tribunal, el ambiente era tenso. Frente a una sala llena de simpatizantes y críticos, El Maliki admitió su culpa.

Se disculpó públicamente con la comunidad amazigh de Marruecos, calificando sus declaraciones como un “desliz verbal” y no un insulto intencional. Fuera, una multitud de familiares y fanáticos expresó alivio por su absolución parcial.

La fiscalía, no obstante, presionó por consecuencias más severas, advirtiendo sobre los peligros de las provocaciones no controladas en línea.

El caso de El Maliki no es único. Marruecos enfrenta un aumento de batallas legales que involucran a estrellas de las redes sociales. Plataformas como YouTube y TikTok, conocidas por la libertad de expresión, se han convertido en terreno fértil para conflictos. Las acusaciones más comunes incluyen difamación, discurso de odio e indecencia pública.

En un caso separado, la policía arrestó al YouTuber Reda Bouzidi, conocido como Reda Weld El Chinwya, acusado de fraude, indecencia pública, abuso verbal y trata de personas.

El periodista Mohamed Wamoussa compartió su opinión en Facebook: “Esta es la decisión correcta”, escribió. “Estos llamados influencers prosperan con palabras vulgares y actos desvergonzados. Es hora de poner fin a esto”.

La línea entre la libertad de expresión y el comportamiento delictivo se pone a prueba todos los días. Sin embargo, las consecuencias para los infractores son altas.

“El contenido publicado en redes sociales no está por encima de la ley”, declaró Abderrahim Bouhamidi, un abogado radicado en Rabat, en una entrevista con SNRT News. Relacionó el aumento de casos con el creciente número de marroquíes que crean contenido en redes sociales, atraídos por los incentivos financieros que estas ofrecen.

Más vistas y seguidores significan más ingresos. Al mismo tiempo, estos creadores desconocen las leyes y la ética. “Muchos usuarios no entienden que su contenido puede llevarlos a ser procesados”, añadió Bouhamidi.

Mientras tanto, las leyes de Marruecos dejan poco espacio para la ambigüedad.

El discurso de odio, la difamación y el contenido indecente están prohibidos. También lo está compartir datos personales sin consentimiento o difundir información falsa.

Yassine Assila, un abogado de Casablanca, afirmó a SNRT News que “los usuarios deben conocer los límites legales de sus acciones en línea”. Las violaciones conllevan severas penalizaciones: multas de hasta 200,000 MAD ($20,000) y sentencias de prisión que pueden durar años dependiendo del cargo.

Assila quiere que las víctimas hablen. Con demasiada frecuencia permanecen en silencio por temor a represalias o al rechazo público. “Si más personas dan un paso adelante, esto disuadirá a otros de cruzar la línea”, agregó.

Los tribunales de Marruecos intentan enviar un mensaje claro: el comportamiento en línea tiene consecuencias en el mundo real. Pero las medidas punitivas por sí solas no resolverán el problema. “Necesitamos una mejor educación digital”, comentó Bouhamidi, pidiendo campañas para enseñar a los usuarios sobre conducta legal y ética en línea.

Sin embargo, la tormenta no ha terminado para Ilyas El Maliki.

El pasado jueves, el tribunal lo sentenció a cuatro meses adicionales de prisión por discurso de odio, difamación e insultos hacia un influencer en redes sociales.

La lección es clara: las redes sociales son una herramienta poderosa. Sin embargo, los creadores deben asumir la responsabilidad de educarse sobre el código de conducta, las cuestiones éticas y las leyes de medios.

El tribunal ha sido contundente en este tema y no dudará en imponer las sentencias más duras a quienes crucen la línea y difamen el carácter de otra persona.

A medida que Marruecos endurece su control sobre el comportamiento inapropiado en línea, estas sentencias sirven como un claro elemento disuasorio.

 


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