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La mayoría de los marroquíes rechazan los derechos LGBT, revela encuesta
Una reciente encuesta realizada por Afrobarometer ha desvelado sorprendentes perspectivas sobre las actitudes sociales marroquíes hacia la homosexualidad y el compromiso político. Los hallazgos de 2024 revelan que casi el 80% de los marroquíes consideran la homosexualidad como algo desviado, mostrando un profundo rechazo hacia las identidades LGBT. Solo el 2.5% de los encuestados expresó algún grado de aceptación, destacando las normas culturales predominantes que moldean las opiniones sobre la orientación sexual y la expresión de género.
La identidad religiosa sigue siendo abrumadoramente uniforme en Marruecos, con un asombroso 99.9% identificándose como musulmanes. La encuesta indica que las perspectivas seculares o no religiosas son prácticamente inexistentes, ya que solo el 0.1% de los encuestados se declaró ateo. Esta homogeneidad sitúa a Marruecos entre las sociedades más uniformes religiosamente a nivel mundial, donde las identidades alternativas enfrentan desafíos sociales significativos.
Si bien los marroquíes exhiben una fuerte conectividad digital —más del 96% posee teléfonos móviles y el 80% tiene acceso a Internet—, la desilusión política es palpable. La encuesta reveló que más del 81% de los encuestados se sienten desconectados de cualquier partido político, con solo el 9% indicando afiliación partidaria. La confianza en las instituciones políticas sigue siendo baja, ya que las calificaciones de aprobación para los partidos apenas alcanzan el 15%.
El actual jefe de gobierno, Aziz Akhannouch, enfrenta un creciente descontento, con casi el 38% de los encuestados expresando completa desconfianza en su liderazgo. Además, el 44% cree que el gobierno ha fracasado en mejorar las condiciones para los pobres, mientras que el 36.1% calificó los esfuerzos de creación de empleo como "muy pobres". Las acusaciones de corrupción erosionan aún más la confianza pública, con el 45% de los ciudadanos sospechando que la mayoría de los parlamentarios participan en prácticas corruptas.
El apoyo a la pena de muerte es notablemente fuerte, con un 70.4% respaldando su aplicación para crímenes graves, como el asesinato. Por otro lado, solo el 25% cree que ningún crimen justifica la pena de muerte. Curiosamente, la confianza pública en el poder judicial sigue siendo relativamente alta, con más del 68% de los marroquíes depositando total confianza en los tribunales.
En el ámbito internacional, aproximadamente el 60% de los encuestados apoyan la neutralidad de Marruecos en el conflicto Rusia-Ucrania, mientras que solo el 5% abogan por respaldar a Rusia. El deseo de emigrar es modesto, ya que el 55% de los marroquíes nunca ha contemplado dejar su país. Entre aquellos que consideran emigrar, los factores económicos, incluyendo mejores oportunidades laborales, dominan sus motivaciones.
En cuanto a los derechos reproductivos, las opiniones están divididas. Mientras que el 33.6% cree que el aborto está justificado cuando la salud de una mujer está en riesgo, el 33% se opone incluso en casos de violación o incesto, y el 56% lo rechaza debido a dificultades financieras. La participación cívica también es una preocupación importante, con el 76% de los ciudadanos abogando por que sus opiniones sean consideradas en la formulación de políticas públicas, desafiando la gobernanza unilateral.
De cara a las próximas elecciones legislativas, una parte significativa del electorado parece desinteresada, con un 34.1% indicando que no votará. Entre aquellos que ya han decidido, el apoyo sigue fragmentado, con un 4% respaldando al Partido Istiqlal y un 3.8% cada uno para el Partido de la Justicia y el Desarrollo y el Partido de la Autenticidad y Modernidad.
Como ilustran estos hallazgos, Marruecos se encuentra en una encrucijada, lidiando con creencias culturales profundamente arraigadas y una población ansiosa por una representación política significativa.