Defensa europea frente a drones y violaciones del espacio aéreo ruso

El presidente checo Petr Pavel ha advertido que los países europeos podrían verse obligados, en última instancia, a derribar aeronaves y drones rusos que violen el espacio aéreo de la OTAN si Moscú continúa poniendo a prueba la determinación de la alianza mediante estas incursiones. Sus declaraciones coinciden con un rápido refuerzo de la defensa contra drones en Europa y con nuevas iniciativas de la OTAN a lo largo del flanco oriental de la alianza. El público objetivo de este artículo son analistas de políticas, profesionales de la seguridad y lectores informados interesados en tendencias internacionales y de defensa.​

Pavel, antiguo alto responsable militar de la OTAN, afirmó en una entrevista que, si persisten las incursiones rusas en los cielos europeos, los aliados se verán abocados a considerar “medidas más contundentes”, incluida la destrucción de aeronaves hostiles y sistemas no tripulados. Señaló que los vuelos rusos cerca o dentro del espacio aéreo aliado son sondeos deliberados destinados a detectar debilidades, medir la respuesta de las defensas aéreas y evaluar la voluntad política de la OTAN para actuar. El presidente checo subrayó que Rusia no toleraría violaciones similares sobre su territorio y que los Estados europeos deben aplicar el mismo criterio para salvaguardar su soberanía.​

Los incidentes recientes sobre territorio de la OTAN han intensificado la preocupación en las capitales europeas por la vulnerabilidad del continente frente a incursiones de drones y sobrevuelos militares. Se han detectado múltiples drones y aeronaves rusas cerca o dentro del espacio aéreo de Polonia, Estonia, Rumanía, Lituania, Dinamarca y Alemania, lo que ha provocado salidas de interceptación de cazas aliados y la adopción de medidas de defensa de urgencia. Uno de los episodios más graves se produjo cuando tres cazas MiG 31 rusos penetraron en el espacio aéreo de Estonia durante varios minutos, lo que llevó a Tallin a solicitar consultas en el marco del Artículo 4 de la OTAN.​

Como respuesta, los gobiernos europeos están reforzando la defensa frente a drones como eje central de su postura de seguridad. Alemania ha creado una unidad especializada contra drones dentro de su policía federal y ha comenzado a activar su sistema de defensa antimisiles de largo alcance Arrow 3, diseñado para interceptar amenazas a gran altitud. Polonia y Rumanía han desplegado nuevos sistemas antidrones capaces de detectar y neutralizar aeronaves no tripuladas de baja cota tras incidentes previos en los que drones rusos cruzaron el espacio aéreo polaco y fueron enfrentados por fuerzas de la OTAN por primera vez desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania.​

La OTAN también ha puesto en marcha la operación Eastern Sentry, una misión permanente destinada a reforzar las defensas aéreas y antimisiles a lo largo de la frontera oriental de la alianza ante el aumento de la actividad de drones y aeronaves rusas. Esta operación ha supuesto el despliegue adicional de cazas, helicópteros, medios navales y plataformas de vigilancia en países que van desde la región báltica hasta el mar Negro. Los mandos de la alianza describen Eastern Sentry como una señal disuasoria dirigida a Moscú y como un marco para una defensa aérea más integrada entre los Estados miembros que afrontan un hostigamiento ruso persistente.​

Pavel ya había instado anteriormente a la OTAN a responder con firmeza a las provocaciones rusas, incluida la opción de actuar militarmente si continúan las violaciones del espacio aéreo. Ha comparado el actual pulso con momentos históricos en los que la vacilación europea alimentó nuevas agresiones, sosteniendo que una respuesta clara y unida ahora podría evitar una confrontación más amplia en el futuro. Al mismo tiempo, ha señalado que, a largo plazo, Europa necesitará un nuevo marco de seguridad continental con Rusia, pero solo cuando se alcance un arreglo que respete la soberanía de Ucrania e imponga límites verificables al comportamiento ruso en el futuro.​