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Coca-Cola y PepsiCo enfrentan una disminución en popularidad debido a boicots en países musulmanes
En un cambio significativo en el comportamiento de los consumidores, Coca-Cola y PepsiCo están experimentando una notable disminución en las ventas en países de mayoría musulmana, en gran parte debido a los boicots en curso relacionados con el conflicto entre Israel y Gaza. El rechazo a estas icónicas marcas estadounidenses ha abierto puertas a las empresas locales de refrescos, que están ganando rápidamente terreno en mercados tradicionalmente dominados por los gigantes globales.
Los boicots, impulsados por el descontento generalizado ante el apoyo de EE.UU. a Israel, han llevado a los consumidores de países como Egipto, Pakistán y Bangladés a dejar de comprar productos de Coca-Cola y PepsiCo. Esta tendencia marca un fuerte contraste con las décadas de inversión que estas compañías han realizado para establecer su presencia en estas regiones.
Coca-Cola, que históricamente ha tenido problemas con su imagen en el Medio Oriente desde que abrió una fábrica en Israel en la década de 1960, ha visto su cuota de mercado en Pakistán caer del 6,3% en 2022 al 5,7% en 2024. De manera similar, la participación de PepsiCo ha disminuido del 10,8% al 10,4% durante el mismo período, según la firma de investigación de mercado GlobalData.
Las marcas locales están capitalizando este cambio. En Pakistán, Cola Next ha surgido como un competidor formidable, rebrandingándose con el lema "Porque Cola Next es pakistaní" para enfatizar sus raíces locales. La demanda de Cola Next ha aumentado tanto que sus fábricas están luchando por satisfacerla. Mientras tanto, en Egipto, la marca local de refrescos V7 ha reportado un aumento en sus exportaciones al triple este año, lo que subraya una creciente preferencia por los productos domésticos sobre las marcas internacionales percibidas como símbolos de la influencia occidental.
El impacto de estos boicots no se limita a las cifras de ventas; también representan una amenaza a largo plazo para la lealtad a la marca. Paul Musgrave, profesor asociado en la Universidad de Georgetown, advirtió que una vez que se modifican los hábitos de los consumidores, recuperar su confianza y lealtad se vuelve cada vez más difícil. "Si rompes los hábitos, será más difícil recuperarlos a largo plazo", afirmó.
En respuesta a la reacción negativa, Coca-Cola intentó atraer a los consumidores en Bangladés con una campaña publicitaria destacando sus operaciones en Palestina. Sin embargo, la campaña fue recibida con indignación pública, lo que llevó a su retirada y a una disculpa por parte de la empresa. PepsiCo también ha enfrentado desafíos, con su CEO Ramon Laguarta reconociendo que los boicots están afectando su negocio en regiones específicas.
A pesar de los contratiempos, tanto Coca-Cola como PepsiCo continúan viendo estos mercados como vitales para su crecimiento futuro. Recientemente, Coca-Cola invirtió 22 millones de dólares adicionales en Pakistán, reafirmando su compromiso con la región. PepsiCo ha reintroducido su marca de refresco Teem en Pakistán, etiquetándola de manera prominente como "Hecho en Pakistán" para atraer los sentimientos locales.
A medida que el panorama geopolítico sigue evolucionando, la relación entre las elecciones de los consumidores y las percepciones políticas sigue siendo compleja. El conflicto en curso en Gaza y sus ramificaciones para las marcas internacionales subrayan una tendencia creciente en la que los productos locales son cada vez más preferidos sobre aquellos asociados con las potencias occidentales. El futuro de Coca-Cola y PepsiCo en estos mercados depende no solo de su capacidad para superar los desafíos actuales, sino también de sus estrategias para reconstruir la confianza de los consumidores en un entorno moldeado por sentimientos políticos.
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