Acuerdo de Libre Comercio EE.UU.-Marruecos: 20 Años Después, Las Ganancias Económicas No Cumplen las Expectativas

Dos décadas después de que Estados Unidos y Marruecos firmaran su Acuerdo de Libre Comercio (ALC), el panorama económico presenta una imagen mixta. Mientras el comercio bilateral ha aumentado de $1.3 mil millones en 2006 a $5.5 mil millones en 2023, el esperado beneficio económico para Marruecos sigue siendo esquivo, según un análisis reciente del Washington Institute for Near East Policy.

El informe, redactado por Sabina Henneberg, becaria Soref en el instituto, destaca un desequilibrio comercial persistente que ha crecido con el tiempo. El déficit comercial de Marruecos con EE.UU. casi se ha duplicado, aumentando de menos de $1 mil millones a aproximadamente $1.8 mil millones durante la vigencia del acuerdo.

"Un desequilibrio comercial persistente incluso en aumento indica que el pleno potencial económico del [ALC] no está siendo completamente realizado", señala Henneberg en su evaluación.

El PIB real de Marruecos ha experimentado un crecimiento significativo, más que duplicándose de $63 mil millones en 2005 a $131 mil millones en 2022. Sin embargo, esta expansión económica parece estar impulsada por factores en gran medida independientes del ALC, como las condiciones agrícolas favorables y el surgimiento de Marruecos como un centro de manufactura de "nearshoring".

Las exportaciones tradicionales de Marruecos a EE.UU. han experimentado solo un crecimiento modesto bajo el ALC. Los textiles, por ejemplo, aumentaron su participación en las exportaciones marroquíes a EE.UU. del 8% en 2008 al 12% en 2021. En contraste, las exportaciones de fertilizantes vieron un aumento dramático, pasando del 7% al 23% de las exportaciones totales durante el mismo período.

El análisis sugiere que el pacto comercial ha servido más eficazmente a intereses políticos y estratégicos que económicos. Ha funcionado como un mecanismo para que EE.UU. recompense los esfuerzos antiterroristas de Marruecos y mantenga lazos sólidos en medio de cambios políticos en la región.

"En balance, el [ALC] parece haber servido más a intereses políticos y estratégicos que económicos", observa Henneberg. Ella agrega que "dado los sectores estratégicos que Marruecos ha elegido desarrollar, el acuerdo puede que nunca cumpla verdaderamente su potencial".

A pesar de estos desafíos, el informe sostiene que EE.UU. puede aprovechar el acuerdo para impulsar el crecimiento de Marruecos. Las recomendaciones incluyen apoyar industrias generadoras de empleo como la manufactura ligera, identificar inversiones que fomenten reformas ambientales y laborales, y expandir la formación en inglés dentro de Marruecos.

El análisis también señala preocupaciones continuas sobre el papel dominante del estado en algunas industrias marroquíes y un sistema educativo que aún no está produciendo una fuerza laboral altamente capacitada. Se sostiene que fomentar reformas adicionales de apertura de mercado a través del marco del ALC sigue siendo un trabajo en progreso.

A medida que el Acuerdo de Libre Comercio EE.UU.-Marruecos entra en su tercer década, se erige como un testimonio de la compleja interacción entre las ambiciones económicas y las realidades geopolíticas. Aunque el pacto no ha cumplido con las promesas económicas iniciales, continúa sirviendo como una base para la cooperación estratégica entre las dos naciones.