- 20:00Les Imperials Week 2025 cierra con una visión audaz para el futuro de Marruecos
- 19:40Los consumidores marroquíes coronan a Inwi como la marca de telecomunicaciones más confiable del país
- 16:34El crecimiento económico de EE.UU. se desacelera, pero el gasto del consumidor sigue sólido
- 16:05Israel y Hamas alcanzan un acuerdo de alto el fuego, lo que lleva a la liberación de cautivos
- 15:37Trágico accidente de autobús escolar en Eure-et-Loir deja un muerto y varios heridos
- 15:06Hakim Ziyech se une a Al Duhail: un nuevo capítulo en su carrera
- 15:00Marruecos invierte 100 millones de dólares para combatir el desempleo rural
- 14:34Meta llega a un acuerdo con Trump por cuentas suspendidas
- 14:30Los marroquíes divididos sobre la carne roja importada, revela una encuesta
Síguenos en Facebook
El Plan de Emergencia Nacional de Trump para las Deportaciones Masivas: Una Propuesta Controvertida
El expresidente Donald Trump confirmó que, si es reelegido, tiene la intención de declarar una emergencia nacional y desplegar al ejército de los EE. UU. para supervisar las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Este movimiento se alinea con una promesa que hizo durante su campaña de llevar a cabo lo que él describe como el “programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos.”
La declaración de Trump se produjo en respuesta a una publicación de Tom Fitton, presidente de un grupo conservador, quien sugirió que la próxima administración usaría recursos militares para revertir las políticas de inmigración establecidas por la administración Biden. La publicación, realizada a principios de este mes, destacó el potencial de una operación masiva de deportación bajo el liderazgo de Trump.
Aunque los detalles de su plan siguen siendo inciertos, Trump ha mencionado anteriormente que usaría poderes de guerra y personal militar para abordar los problemas de inmigración. Visualiza una campaña amplia, respaldada por líderes estatales y locales leales, para hacer cumplir las deportaciones, pero se espera que enfrente una oposición legal y política significativa, especialmente de funcionarios demócratas que ya han expresado su reluctancia a cooperar.
El nuevo equipo de administración de Trump incluye varias figuras de línea dura, entre ellas Tom Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), quien ha sido nombrado “zar de la frontera” y supervisará las deportaciones. Stephen Miller, un firme defensor de las políticas de inmigración controvertidas, también regresa como asesor clave. La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, conocida por su postura firme sobre inmigración, está destinada a dirigir el Departamento de Seguridad Nacional.
Los expertos advierten que un programa de deportación de esta magnitud plantearía desafíos legales, logísticos y financieros sustanciales. Deportar a millones de personas, muchas de las cuales han vivido en los EE. UU. durante años y tienen fuertes vínculos con la comunidad, requeriría una infraestructura y recursos extensos. Trump ha mencionado el uso potencial de unidades de la Guardia Nacional y grandes campos de detención como parte de este esfuerzo.
A pesar de las preocupaciones sobre los costos y las implicaciones prácticas, Trump se mantiene firme. Ha enfatizado la importancia de deportar a las personas involucradas en crímenes y tráfico de drogas, incluso a un costo financiero significativo. El Consejo de Inmigración de EE. UU. ha estimado que deportar a 1 millón de personas al año podría costar más de 960 mil millones de dólares durante la próxima década.
Aunque Trump ha sugerido que se podrían deportar hasta 20 millones de personas, esta cifra sigue siendo no verificada. En 2022, se estimaba que 11 millones de inmigrantes indocumentados vivían en los EE. UU., aunque los esfuerzos recientes de México y la administración Biden han reducido los flujos migratorios.
Los detalles sobre quiénes serían deportados siguen siendo inciertos, ya que la retórica de Trump a menudo ha difuminado las líneas entre inmigrantes legales e ilegales. Su campaña también planteó preocupaciones sobre la posible deportación de los Dreamers—jóvenes que llegaron a EE. UU. siendo niños—que actualmente están protegidos bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Los defensores de los derechos civiles advierten que una operación de esta envergadura podría resultar en la detención errónea de inmigrantes legales o incluso ciudadanos estadounidenses. La opinión pública también parece oponerse a las deportaciones masivas, ya que muchos estadounidenses están preocupados por los impactos negativos en la fuerza laboral, la economía y las familias.
A medida que Trump se prepara para un segundo mandato, el debate sobre su plan de deportación masiva continúa intensificándose. Los críticos argumentan que refleja una estrategia divisiva destinada a infundir miedo en las comunidades inmigrantes, mientras que los partidarios afirman que es necesario para abordar la inmigración ilegal y proteger la seguridad nacional. Independientemente del resultado, el enfoque de Trump sobre la inmigración promete ser un tema definitorio en su próximo mandato presidencial.
Comentarios (0)