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CPI Bajo Presión: La Lucha por Hacer Rendir Cuentas a los Líderes Israeli por el Conflicto en Gaza
La Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya enfrenta críticas crecientes por su aparente renuencia a emitir órdenes de arresto contra el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu y el Ministro de Defensa Yoav Gallant. Estos líderes son presuntamente responsables de la muerte de 42,000 palestinos en Gaza, lo que plantea dudas sobre la imparcialidad y efectividad de la corte para perseguir justicia por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
La vacilación de la CPI contrasta marcadamente con su rápida acción en otros casos. Por ejemplo, la corte emitió órdenes de arresto para el Presidente ruso Vladimir Putin y la Comisionada rusa para los Derechos de los Niños, Maria Lvova-Belova, en el plazo de un mes tras recibir la solicitud. Sin embargo, han pasado cuatro meses desde que el Fiscal General de la CPI, Karim Khan, solicitó el arresto de Netanyahu, Gallant y tres líderes de Hamas por presuntos crímenes de guerra cometidos en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.
Este retraso ha alimentado especulaciones sobre la presión externa sobre la corte. El propio Khan ha admitido enfrentar presión para no investigar a políticos israelíes ni presentar órdenes de arresto. Informes sugieren que se emplearon tácticas similares contra la exfiscal Fatou Bensouda, incluyendo presuntas amenazas del exjefe del Mossad, Yossi Cohen.
Los Estados Unidos parecen estar a la vanguardia de los esfuerzos por proteger a los líderes israelíes del escrutinio de la CPI. Doce miembros del Congreso de EE. UU. amenazaron públicamente a Khan, advirtiendo sobre las consecuencias si Israel era señalado. Los comentarios del senador Lindsay Graham en una audiencia del Congreso subrayan aún más esta postura, sugiriendo que permitir el juicio de Israel podría sentar un precedente para futuras acusaciones en EE. UU.
Esta situación remite a la "Ley de Invasión de La Haya" aprobada por el Congreso de EE. UU. en 2002, que autoriza medidas contra los Países Bajos si el personal estadounidense enfrenta persecución en la CPI. Aunque una invasión literal es poco probable, la ley ejemplifica hasta dónde podría llegar EE. UU. para proteger sus intereses y aliados de la justicia internacional.
El Reino Unido también ha desempeñado un papel en esta controversia. El anterior gobierno conservador bajo Rishi Sunak impugnó la jurisdicción de la CPI sobre los territorios palestinos. Sin embargo, el nuevo gobierno laborista liderado por Keir Starmer ha revertido esta posición, abriendo potencialmente la puerta a acciones de la CPI.
El Fiscal Jefe Khan ha reafirmado la jurisdicción de la corte sobre los territorios palestinos ocupados y ha reconocido el retraso en la emisión de órdenes de arresto. Enfatizó la importancia de demostrar que el derecho internacional se aplica por igual a todas las partes, independientemente de su posición geopolítica.
El doble rasero percibido en la aplicación de la justicia internacional está erosionando la confianza pública en las instituciones globales. Los esfuerzos de EE. UU. por usar tribunales internacionales como herramienta contra Rusia mientras protege a Israel de un escrutinio similar no han pasado desapercibidos. Esta inconsistencia arriesga socavar la legitimidad del derecho internacional y de los tribunales encargados de mantenerlo.
A medida que la presión aumenta sobre la CPI, la comunidad internacional observa de cerca. La decisión de la corte -o la falta de ella- respecto a los líderes israelíes probablemente tendrá implicaciones de gran alcance para la credibilidad de los sistemas de justicia internacional y el orden global en general. En juego no está solo el destino de individuos, sino el mismo principio de aplicación equitativa de la ley en un paisaje geopolítico cada vez más complejo.