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Casi 100 Personas han Muerto y Cientos más han Resultado Heridas en Bangladesh tras una Nueva ola de Protestas Contra el Gobierno

Casi 100 Personas han Muerto y Cientos más han Resultado Heridas en Bangladesh tras una Nueva ola de Protestas Contra el Gobierno
Lunes 05 Agosto 2024 - 09:20
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Bangladesh se encuentra en medio de una grave crisis mientras las protestas antigubernamentales se extienden por todo el país, dejando una devastación generalizada. El último brote de disturbios ha resultado en un número de víctimas asombroso, con informes que indican que casi 100 personas, incluidos al menos 14 agentes de seguridad, han perdido la vida. Cientos más han resultado heridos, marcando uno de los episodios más violentos en la historia reciente del país.

El diario bengalí líder, *Prothom Alo*, informa al menos 95 fallecimientos, mientras que Channel 24 estima el número de muertos en 85. La discrepancia en las cifras destaca la naturaleza caótica de la situación que se desarrolla en Bangladesh.

En respuesta a la violencia creciente, el ejército ha impuesto un toque de queda indefinido en la capital, Dhaka, y en otros centros administrativos clave. Esta medida sigue a los toques de queda anteriores impuestos por el gobierno en varias partes del país.

El descontento se centra en las demandas de dimisión de la Primera Ministra Sheikh Hasina. Las protestas actuales son una extensión de las manifestaciones que comenzaron el mes pasado, inicialmente enfocadas en reformas al sistema de cuotas para empleos gubernamentales. Estas protestas iniciales se convirtieron en violencia, reclamando más de 200 vidas y preparando el terreno para la crisis actual.

La Primera Ministra Hasina ha adoptado una postura firme contra los manifestantes, calificando a quienes se dedican a actos destructivos como criminales en lugar de estudiantes. Ha hecho un llamado a la población para que enfrente a estos elementos "con mano de hierro". El partido gobernante Awami League sugiere que los grupos de oposición, incluidos el Partido Nacionalista de Bangladesh y el prohibido Jamaat-e-Islami, han cooptado las protestas para sus propios fines.

En un esfuerzo por controlar los disturbios, el gobierno ha implementado varias medidas. Se ha anunciado un feriado de tres días, los tribunales han sido cerrados indefinidamente y los servicios de internet móvil han sido suspendidos. Las plataformas populares de redes sociales y mensajería, incluidos Facebook y WhatsApp, han sido inaccesibles. El Ministro Junior de Información y Radiodifusión, Mohammad Ali Arafat, justificó estas acciones como pasos necesarios para prevenir más violencia.

La magnitud de la represión es evidente en la detención de al menos 11,000 personas en las últimas semanas. Las instituciones educativas en todo el país se han visto obligadas a cerrar, y en un momento dado, las autoridades impusieron un toque de queda con orden de disparar a la vista.

Los manifestantes han llamado a un movimiento de "no cooperación", instando a los ciudadanos a retener el pago de impuestos y servicios públicos y a abstenerse de trabajar. Mientras que oficinas, bancos y fábricas permanecieron abiertos el domingo (un día laborable en Bangladesh), los viajeros en las principales ciudades enfrentaron desafíos significativos para llegar a sus lugares de trabajo.

Las manifestaciones han tomado un giro violento, con los manifestantes atacando diversas instituciones e infraestructura. La Universidad Médica Bangabandhu Sheikh Mujib en el área de Shahbagh en Dhaka fue atacada, con varios vehículos incendiados. Imágenes en video capturaron escenas de vandalismo en una furgoneta de prisión en el tribunal metropolitano principal de Dhaka. Otras grabaciones mostraron a las fuerzas del orden utilizando munición real, balas de goma y gases lacrimógenos contra las multitudes. En represalia, los manifestantes incendiaron vehículos y oficinas del partido gobernante, algunos portando armas blancas y palos.

El distrito noroccidental de Sirajganj fue testigo de uno de los incidentes más mortales, con 18 fallecimientos reportados, incluidos 13 agentes de policía muertos en un ataque a una estación de policía. En el distrito oriental de Cumilla, otro oficial perdió la vida. El distrito de Feni, en el sureste de Bangladesh, vio cinco muertes mientras estallaron enfrentamientos entre los partidarios de la Primera Ministra y los manifestantes.

La violencia se ha extendido a más de una docena de distritos, incluidos Chattogram, Bogura, Magura, Rangpur, Kishoreganj y Sirajganj, donde los manifestantes respaldados por la oposición han mantenido enfrentamientos con la policía y los activistas del partido Awami League.

Los orígenes de este descontento se remontan a las protestas estudiantiles que exigen reformas al sistema de cuotas para empleos gubernamentales. En respuesta a las manifestaciones anteriores, la Corte Suprema dictó reducir la cuota para veteranos del 30% al 5%, con el 93% de los empleos asignados en base al mérito. A pesar de la aceptación de esta decisión por parte del gobierno, los manifestantes han seguido exigiendo rendición de cuentas por la violencia que atribuyen al uso de fuerza por parte del gobierno.

La administración de la Primera Ministra Hasina ha acusado a los partidos de oposición y a sus alas estudiantiles de instigar la violencia que ha resultado en la destrucción de establecimientos estatales. Mirza Fakhrul Islam Alamgir, secretario general del principal partido de oposición, ha reiterado los llamados para que el gobierno dimita para restaurar el orden.

Aunque Hasina ha ofrecido entablar un diálogo con los líderes estudiantiles y ha prometido investigar las muertes y responsabilizar a los culpables, los coordinadores de las protestas han mantenido su demanda singular de su dimisión.

Mientras Bangladesh enfrenta esta crisis sin precedentes, las protestas representan un desafío significativo para el gobierno de Hasina, quien ha asegurado un cuarto mandato consecutivo en una elección controvertida boicoteada por sus principales opositores. La Primera Ministra ahora enfrenta su prueba más formidable para mantener el control y restaurar la estabilidad en la nación.


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